La saga Saw se ha convertido en innecesaria y ridícula desde la primera secuela, siendo esta primera parte la única interesante y merecedora de atención.
Es bien sabido que el cine de entretenimiento es un negocio y cualquier buena idea se exprime hasta la extenuación mientras siga siendo rentable y cuando una película asalta la taquilla los que manejan el cotarro se aseguran de que la gallina de los huevos de oro se mantenga viva. Asi nos van llegando infinidad de secuelas y remakes hasta que la gente se cansa.
Saw dio el pelotazo por aquel 2004 con este thriller medio gore. Te metes de lleno en el rompecabezas que te propone y remueve tus entrañas sin recurrir a la casquería barata sino con una base de tensión psicológica y la claustrofobia.
Lo mas atrayente de Saw es sentirte en la misma situación que los dos pobres hombres encadenados y desorientados a merced del psicópata en una mugrienta habitación, la historia se complementa con dos policías que siguen las pistas del asesino con las correspondientes victimas que va dejando a su paso que podemos ver a modo de flashbacks, estas victimas serán asesinadas de la forma mas ingeniosamente sádica posible, no sin una solución para salvarse mas rebuscada y retorcida si cabe.
En muchos aspectos la película puede recordar a “Se7en” por el psicópata y sus dementes prejuicios morales o éticos con gente inocente.
Saw supuso una esperanza de rehabilitación del genero que anda un poco trillado desde hace ya bastantes años, supo huir de los tópicos que tanto nos están irritando e insultan nuestra inteligencia y pese a sabiendas de que todo esta inventado y no será un clásico imperecedero, todavía hay tiempo para innovar un poquito.