Este saga es todo un clásico de la ciencia-ficción. La primera casi una obra de culto. La segunda supuso una revolución técnica de efectos especiales, además de contar con un guión aceptable. La tercera me la salté por instinto, no quería dinamitar las buenas vibraciones que me habían dejado los terminators hasta el momento. Para esta cuarta entrega me basta con la participación de Cristian Bale y un par de textos con imagen en Fotogramas, para lanzarme al visionado. El resultado es muy positivo. Desde el minuto uno me atrapa la historia. La trama avanza con seguridad, nada del otro mundo pero lo suficiente interesante y bien ambientada para que se te haga corta la experiencia. Las máquinas molan la ostia. Bale me pone y Sam Worthington encuentra un papel a medida, nada que ver con su desastre interpretativo en Avatar. Y poco más, qué podíamos pedirle a la 4ª entrega? Acción, robots, etc, a mi me mola. Además me ha recordado a Mad Max.