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Voto de SBarrettt:
10
8,4
34.612
Cine negro. Intriga. Thriller
En la ciudad de Los Angeles un agente de una compañía de seguros (Fred MacMurray) y una cliente (Bárbara Stanwyck) traman asesinar al marido de esta última para así cobrar un cuantioso y falso seguro de accidentes. Todo se complica cuando entra en acción Barton Keyes (Edward G. Robinson), investigador de la empresa de seguros. (FILMAFFINITY)
23 de marzo de 2009
30 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
Allá por los tiempos en que la América del norte era tierra de indios (los de las plumas, no los de las vacas) casi exclusivamente, (porque Vikingos no vemos en los Western, ni se han encontrado aún cascos con cuernos en el cañon del Colorado) cuenta la historia, que una mujer de avanzada edad, recogía troncos en un bosque helado por la nieve para hacer con ellos un fuego en el que calentar su cuerpo y la sopa para la cena. Cuando ya casi había reunido los sufiecientes pedazos de madera como para asegurarse una noche agradable y mantener alejadas a las fieras autóctonas, encontróse ésta con el cuerpo congelado de una serpiente que asemejaba más una ramita de pino que un reptil en sí.
Pasen al spoiler por favor, si quieren saber cómo termina el cuento y mantener el final de la peli en secreto.
Pasen al spoiler por favor, si quieren saber cómo termina el cuento y mantener el final de la peli en secreto.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Una vez en el pequeño campamento, la señora india, de cuyo nombre no sabemos nada, colocó al inerte animal junto al fuego llevada por la curiosidad, puesto que no se conocía como hoy (gracias a los documentales del National Geographic) que existen animalillos a simple vista débiles a los bruscos cambios de la madre natura, pero capaces de sobrevivir a la congelación (véase una de las distintas especies de tortuga, de cuyo nombre no logro acordarme). Bien, el caso es, retomando el cuento, que una vez entró el calor en su cuerpo la serpiente, en efecto, revivió. La señora, entusiasmada con el descubrimento, quiso cogerla en su regazo, gesto al que el crótalo respondió con una mordedura letal. Contrariada ante esta reacción desproporcionada, la anciana preguntóle a la serpiente:
-¿Cómo eres capaz de morderme y causarme la muerte a mi, que te he rescatado de una muerte segura?
A lo que la culebra respondió:
-¿Qué esperabas? Soy una serpiente.
-¿Cómo eres capaz de morderme y causarme la muerte a mi, que te he rescatado de una muerte segura?
A lo que la culebra respondió:
-¿Qué esperabas? Soy una serpiente.