Solo desde la mala fe o si partimos de posiciones sectarias que en muchas ocasiones ocurre con Nolan, se puede negar que estamos ante una gran película. Vale que el tema es complejo, que puede haber gente que pueda perderse, y que seguramente no es apto para todos los públicos, pero la primera vez que vi esta película me pareció visualmente fascinante, y tras haberla visto tres o cuatro veces, que solo contadas películas lo merecen en mi caso, me reafirmo en mi primera impresión. Prejuicios aparte, me resulta imposible no dejarte atrapar por esta historia, con unas imágenes y efectos especiales demoledores, una banda sonora espectacular, y unos actores a la altura, destacando al magnífico Joseph Gordon-Levitt, que para muchos resultó un descubrimiento, y que después le hemos seguido con interés.

En mi caso, me pareció un peliculón, literalmente pasé tres horas pegado a la pantalla con ganas de más, y a partir de ahí, y dado que no busco más cosas cuando voy a ver una película, no me da la gana buscarle tres pies al gato, que es a lo que al parecer se han dedicado algunos para tratar de vendernos su propia mediocridad.