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Voto de cineoptero:
9
Drama. Romance Yakarta, año 1965. Al inexperto reportero australiano Guy Hamilton (Mel Gibson) se le presenta la oportunidad de su vida cuando lo mandan como enviado especial a Indonesia. En el turbulento escenario de la insurrección comunista contra el presidente Sukarno, conoce a Billy Kwan (Linda Hunt), un enigmático fotógrafo, y a Jill Bryant (Sigourney Weaver), una atractiva mujer que trabaja en la embajada inglesa. (FILMAFFINITY)
12 de mayo de 2009
25 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
El rotundo éxito de crítica y público para Gallipoli dejó vía libre a Weir para elegir proyecto, que no dudó en retomar esta historia sobre un reportero australiano que llega a Indonesia en plena revuelta civil y su relación con un fotógrafo de la zona y una joven americana. El interés de Weir por llevar a la pantalla grande esta historia fue anterior incluso al rodaje de Gallipoli, lo que explica la rapidez con la que terminó el que sigue siendo uno de los mejores trabajos del director además de uno de los dramas más cautivadores de la década. Weir consiguió sacar el máximo partido de todos los elementos que componen el film en uno de sus mayores logros como director. Es evidente que el guión ya llegó extremadamente pulido, sin duda uno de los mejores con los que ha trabajado Weir, en el que los personajes están construidos a base de sugerencias, la combinación de conflicto humano y conflicto social alcanzan un total equilibrio y en el que la voz en off de Kwan resulta todo un acierto que le aporta misterio y encanto al conjunto. Los actores están esplendidos, incluido un Gibson en su mejor momento interpretativo, aunque la película se la lleve una Linda Hunt enorme, que se llevo el oscar de calle y con toda justicia con su inolvidable creación de Kwan. Pero la sensación de fascinación que transmite el film, una seña de identidad de la filmografía de Weir, se aprecia en cada elemento que lo compone, todos cuidadosamente elegidos y mimados por el director, como la fotografía, el sonido, el montaje, la música o las localizaciones. Es un film que se disfruta con todos los sentidos por muchas veces que se vea, en la que Weir fascina como pocas veces en su obra, un intenso análisis sobre el ser humano y las barreras que nos separan. Una de las grandes de Weir. Un clásico.
cineoptero
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