Redundo un poco: Es una película que, sin duda alguna, desde el tecnicismo esta muy bien realizada, con una prolijidad apabullante.

Abandonando la redundancia de esa observación y abocándome un punto que de forma insólita parece haber sido olvidado; El cine se hace para la gente, para la gente público, no para la gente cineasta.

Roma, es una película para cineastas, solo ellos pueden apreciar la prolijidad de la película, para quienes vamos a buscar las sensaciones profundas de una buena trama y una buena actuación, esta película es un insulto. Nos desprecia como espectadores, si nos desprecia, porque nunca se hizo pensando en nosotros, pero sin embargo, te la venden.

Es aberrante que en un película de mas de dos horas solo hayan tres o cuatro momentos que te logran emocionar, emoción que se evapora apenas aparece porque la historia no permite mantenerla, cada uno de estos escasísimos momentos, son solo eso, momentos. Todo lo demás es melodía triste y desafinada y sin ritmo claro que la hace muy pero muy difícil de bailar.

Es tal el insulto que me pareció recibir por parte de la película que me surge la honesta necesidad de recomendar a cualquiera que no la vea, bueno a no ser que sea cineasta.