Obra maestra de Nolan (con permiso de El Prestigio). Batman Begins, la cual se mereció muchos aplausos y alguna que otra lágrima de emoción, ha quedado como una película para meterla en el saco, y las demás películas sobre superhéroes han quedado, simplemente, para tirarlas a la basura.

¿Podemos definirla como arte? Si. Hay un guión casi perfecto, una trama 'made in Nolan' con un ritmo ultra pegadizo, el cual hace que nos sea imposible despegarnos de nuestro asiento. Todo suena con fluidez, todo enlaza perfectamente y no se deja ningún detalle al arbitrio.

Detrás de toda la acción que lleva aparejada, indisolublemente, cualquier película de superhéroes, hay varios mensajes de contenido moral muy importantes que ayudan a que la película sea más que un villano intentando volar la ciudad. Ese contenido moral está encarnado por El Jóker por una parte, y por Batman por otra. Hablando de estos personajes, El Jóker (reinventado por Nolan) posiblemente es uno de los mejores personajes que se han hecho en el mundo del cine, y seguramente el verdadero villano que todo director querría para su película. Hay quienes opinan que el sustento de la película es este personaje con la sonrisa eterna, yo prefiero decir que es la maestría de Nolan.

Por supuesto hay cosas que fallan, pero que de alguna manera de compensa todo con la sinfonía de Nolan. El otro personaje que debería llevar el peso de la película, Dos Caras, puede resultar descafeinado, aunque en general el fiscal Harvey Dent cumple muy bien su papel. Hay que destacar que Nolan dota de mucho realismo a la saga de Batman, por lo cual no nos podemos imaginar a un Dos Caras semejante al de otras entregas.

Christopher Nolan deja el listón muy alto para su tercera y última entrega de Batman.

Imprescindible