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España España · Madrid
Voto de Moody:
5
Drama En un pequeño pueblo de la Inglaterra de 1959, una joven mujer decide, en contra de la educada pero implacable oposición vecinal, abrir la primera librería que haya habido nunca en esa zona. (FILMAFFINITY)
2 de junio de 2018
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muchas veces las cosas más perfectas no son las más atractivas. Algunos afirman que la virtud está en la imperfección, y quizás no vayan del todo desencaminados, sobre todo en lo que al cine se refiere. Porque si solo se tratase de perfección, algunas películas pertenecerían al Olimpo y sin embargo nunca obtuvieron esa distinción, y seguro que al contrario se podrían encontrar ejemplos también.

Coixet ha firmado una película más que correcta, casi perfecta, de esas en las que todo resulta adecuado: los diálogos, las localizaciones, la luz, fotografía… A pocas cosas se le puede poner problemas, apenas hay nada de lo que quejarse. Incluso el libro original parece bien elegido. Con todo esto, ¿por qué no es una gran obra? ¿Qué le falta para entrar en nuestro particular imaginario de películas preferidas?

Pues precisamente eso, todas sus virtudes son a su vez sus problemas, lo que no nos deja disfrutar de ella plenamente. No hay naturalidad porque todo parece meticulosamente preparado, todo listo para que no falle nada. Coixet, con muy buena mano para prepararlo todo y rodeada de un equipo perfectamente sincronizado, es capaz de adaptar una obra bien elegida y llevar todas sus aristas a la gran pantalla. Tanto detalle ha querido cuidar que se le olvidó incluir un poco de personalidad.

Insistimos en que es complicado criticar de manera negativa algo de lo visto sencillamente porque todo está preparado para no fallar, para convencernos. Sin embargo a la película se le puede acusar de ser distante dentro de esa postura que siempre mantiene, y esa distancia hace que el espectador nunca se involucre completamente en lo que está viendo, simplemente lo verá y pasará a otra cosa.

La facilidad para desenvolverse que tienen los personajes está interpretada de manera solvente por Mortimer, Clarkson y Nighy, con unos trabajos a la altura de la propuesta. Intuitivos y constantes, también mantienen esa pose que concuerda con este tipo de películas en las que los diálogos son tan cuidados como llenos de intención y punzadas al que tienen enfrente.

Coixet, que rebosa experiencia, sabe lo que quiere y lo encuentra en una película que ha cosechado grandes premios y que lo tiene todo para ser bien recibida, simplemente le falta alguna imperfección a la que agarrarse. Y es que no hay crítica si no hay algo que criticar…
Moody
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