Elijah Wood vuelve a mis ojos tras el genial remake de Maniac para verlo en esta película en un cambio de registro. Lo primero de todo, os recomiendo no ver el tráiler de esta película. No por nada, sino porque te lo destripa absolutamente todo. Aunque te intuyas cosas sólo con leer el argumento o ver el enigmático póster, no miréis el tráiler o, al menos, paradlo a la mitad.

Por lo demás, nos hallamos ante una película entretenida, muy bien rodada por Eugenio Mira, el cual impregna de elegancia cada plano claustrofóbico dentro del entorno del que dispone la gran parte de la cinta. En el apartado interpretativo, Wood cumple bien con su papel de pianista retirado y de regreso ahora a su profesión. Eso sí, el guión no es nada del otro mundo y, para peor, se le va la pinza hacia la parte final de la película. Siempre nos mantiene con cierta tensión, y la película se ve hasta su desenlace, pero me sentí ligeramente defraudado debido al guión y a la poca fuerza que se le impregna al antagonista francotirador de la cinta (el cual, siendo el pedazo de actor que es, podían haber hecho algo que sí lograron a las mil maravillas con el magistral Kiefer Sutherland en la genial "Última Llamada").

Con todo, Grand Piano logra ser eficiente en varios aspectos, logra verse sin problema, pero queda lejos de ser buena del todo, desaprovechando todo su potencial. Deberían haberla cuidado mucho más.