Años 20. Dos fugitivos de la cárcel se refugian en un monasterio masculino fronterizo entre Estados Unidos y Canadá, famoso por alojar en su iglesia una Virgen milagrosa.

Comedia de altísimo presupuesto y cuidada producción cuya comicidad divide a los espectadores, unos lo pasan muy bien, para otros faltan gags que la perfilen como comedia. Yo estoy en el grupo de los segundos, no me reí, los aprietos de los protagonistas para no ser cazados me incomodaron aunque como católico agradecí el sorprendente desenlace.

Quizás la clave para disfrutarla es mentalizarse de que no vas a ver una comedia sino una película de aventuras, intriga y drama.

Robert de Niro realiza tal abuso de sus tics que decepciona, quedando al descubierto un actor de escasos recursos pero originales. También en esto la película divide, los incondicionales de Niro disfrutarán lo que para otros es un esperpéntico derroche de gestos. Más convincente resulta Penn.

El tema principal es la conversión espiritual, la película es respetuosa con la Fe Católica y se percibe un gran esfuerzo por retratar fielmente la vida monacal, el ritual católico de las procesiones, el cancionero en latín, etc.