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Voto de EuTheRocker:
8
Drama. Comedia. Intriga Estado de Nueva York, años setenta. Irving Rosenfeld (Christian Bale), un brillante estafador, y su inteligente y seductora compañera Sydney Prosser (Amy Adams) se ven obligados a trabajar para un tempestuoso agente del FBI, Richie DiMaso (Bradley Cooper), que sin querer los arrastra al peligroso mundo de la política y la mafia de Nueva Jersey. (FILMAFFINITY)
1 de febrero de 2014
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine, como expresión artística, se permite el lujo de ofrecer multitud de beneficios para aquel que lo disfruta. Calma las inquietudes estéticas, satisface las necesidades de evasión, y en ocasiones, se erige como balsámico testigo de los tiempos que corren. El séptimo arte, como narrador de historias que es, tiende a centrar su objetivo en tramas cuyo contenido tenga referencias, tanto positivas como negativas, a la actualidad más lacerante del mundo. Desde el cine propagandístico propio de las épocas de guerra, al cine de supervivencia que estamos disfrutando en la actualidad. Porque dentro del amplio abanico de títulos de gran calidad que han poblado las pantallas durante este curso cinematográfico, entre todas ellas ha existido un vínculo de unión desarrollado alrededor de personajes fracasados y perdedores que han sido vapuleados de una u otra manera por la vida; y que aprenden de sus propios errores a salir adelante, o a fracasar en el intento. En una sociedad devastada por la codicia y la pobreza, el antihéroe se ha erigido como el nuevo arquetipo protagonista de la mayor parte de cintas que nos llegan de Hollywood, ofreciendo una idea más humanizada del mundo a través del objetivo de las cámaras.

David O. Russell hace lo propio con "American Hustle". Como si de una jugada de póquer se tratara, el realizador pone sobre la mesa su particular mano de perdedores: el desesperado y sentimental Christian Bale, camaleónico actor donde los haya; la desgarradora e inquietante Amy Adams; el magnetismo sexual y desquiciante de la excelente Jennifer Lawrence; la ambición pasional de Bradley Cooper; o la candidez estúpida de Jeremy Renner. Todos ellos, son sólo una muestra selecta de un mundo corrompido por la necesidad acuciante de alcanzar el éxito por la vía rápida, dejando de lado moral y ética. La misma vía que lleva a los protagonistas a desarrollar una trama cargada de acidez y humor, con unos diálogos que respiran por si solos y que adquieren más fuerza en la interpretación de un elenco soberbio, que ya querrían para sí la mayor parte de producciones cinematográficas.

David O. Russell, aborda de esta manera la búsqueda del eterno y ya corrompido sueño americano, dejando un ejercicio de notable factura que sin embargo, pierde pasión por momentos, pues se notan las hechuras de pretendido academicismo del director. Su tono abre heridas, pero no las deja sangrar; Russell quiere ser Scorsese, pero Scorsese ha sido olvidado durante años por los Oscars, y Russell quiere llegar a ellos por la vía rápida. Por ello, el director de "El lado bueno de las cosas", vuelve a esbozar un relato que rezuma calidad por sus poros, pero que no llega a sobrecoger al espectador como una muestra devoradora de rabia narrativa.

Mientras tanto, a él no paran de llegarle nominaciones a premios de una Academia que le ha acogido como hijo predilecto; David O. Russell está encantado con ello; y los aficionados a su cine, no podemos evitar desear volver a disfrutar de ese arriesgado genio que se esconde tras un realizador que, de momento, se permite regalarnos porciones de gran calidad como esta "Gran estafa americana".
EuTheRocker
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