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Voto de EuTheRocker:
9
Romance. Comedia. Fantástico Tim Lake (Domhnall Gleeson) es un joven de 21 años que descubre que puede viajar en el tiempo. Su padre (Bill Nighy) le cuenta que todos los hombres de la familia han tenido desde siempre ese don, el de regresar en el tiempo a un momento determinado, una y otra vez, hasta conseguir hacer "lo correcto". Así pues, Tim decide volver al pasado para intentar conquistar a Mary (Rachel McAdams), la chica de sus sueños. (FILMAFFINITY)
22 de octubre de 2013
90 de 107 usuarios han encontrado esta crítica útil
Qué difícil resulta plasmar la belleza del día a día más allá de la mera experiencia. El devenir rutinario del presente, la magia del momento, la incertidumbre de nuestros errores. En el placer de lo cotidiano, siempre existe la extraña sensación de peligro que acecha a cada nueva decisión, o el temor a abrir las puertas a nuevas etapas de nuestra existencia. La vida, pese a todo, no deja de ser una búsqueda de la felicidad en sus encrucijadas; una necesidad de encontrar el bienestar propio y el de nuestro universo más próximo. La persecución desesperada del equilibrio entre la sonrisa y el llanto.

Richard Curtis, haciendo uso del recurso narrativo de los viajes temporales, y sin abandonar el campo de la comedia romántica, donde ha cosechado grandes éxitos como guionista (“Cuatro bodas y un funeral” o “Notting Hill”) o como director (“Love Actually”), da un paso de gigante en su carrera con su última creación. Tomando las riendas del guión y de la cámara, Curtis destapa su talento y lo deja volar por la hermosa partitura que es “Una cuestión de tiempo”. Una oda a la vida que se convierte en hermosa sinfonía gracias a una historia cercana pese a sus particularidades. Pese a sus paradojas temporales, hay en la cinta del director británico una cercanía y una sensación de familiaridad y complicidad con el espectador, que mece su narración con el ritmo delicado y amable de su sencillez. Una sencillez que desarma mientras entre sus chistes y golpes de gracia se desgrana una historia que abre sus puertas a las emociones más profundas del público. “Una cuestión de tiempo” no es una comedia sobre el amor… es una película sobre amar la vida con sus errores y defectos, con sus golpes y alegrías, con tu pareja y tu familia, con el mundo y con uno mismo. Narrada con un mimo espectacular, cuidando tanto al espectador como a la obra, tan sólo se puede recriminar a Curtis que pierda ese sentido de la delicadeza en un par de compases de la película por culpa de las paradojas espacio-temporales de las que es esclavo por culpa del argumento.

Sin embargo, todo eso se perdona cuando llegan los créditos finales, y te das cuenta de que necesitas más. Quieres volver a exprimir la película hasta la última gota de su elixir, porque en las dos horas que dura, has amado las imágenes que has visto; has conocido a un reparto en estado de gracia que parece hecho para esta historia (la química entre Gleeson y Mcadams es increíble); y te has dejado llevar por una banda sonora igual de adorable que el resto del conjunto. “Una cuestión de tiempo” es cine del que ensancha el alma. Una cinta de esas que te hacen salir a la luz de día y recordar que pese a todo… la vida no está tan mal.
EuTheRocker
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