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Voto de EuTheRocker:
5
Ciencia ficción. Drama Qohen Leth es un excéntrico genio de los ordenadores que vive en un mundo corporativo controlado por una oscura figura llamada "Dirección". Recluido en el interior de una capilla en ruinas, Qohen trabaja en la solución a un extraño teorema, un proyecto que podría descubrir la verdad sobre su alma y el significado de la existencia (o la falta del mismo) de una vez por todas. (FILMAFFINITY)
4 de diciembre de 2014
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Terry Gilliam no puede ser considerado un director convencional. Sus películas, siempre buscan la originalidad a través de planteamientos visuales potentes que ahondan en la imaginación y los paisajes oníricos caracterizados por el barroquismo visual. El británico, se gusta a sí mismo, añadiendo a sus imágenes, argumentos que huyen de la comercialidad, bueceando en el subconsciente y los temores apocalípticos de la sociedad. Su particular filmografía revestida de un bizarrismo especial, está escrita con la tinta de los éxitos y los fracasos a partes iguales.

Y en esta ocasión, "The Zero Theorem" es un título que parece querer hacer méritos para pertenecer al segundo grupo, más que al excelso club de las buenas películas del ex-Monty Python. Con una estética steampunk que recrea un Londres futurista que ha sucumbido a la impersonalidad de una sociedad víctima de sus propias convenciones estilísticas y tecnológicas, cayendo presa del más aberrante ermitañismo humano, fruto de la inapetencia afectiva social, Gilliam se sumerge en la lamentable existencia de uno de esos seres deshumanizados por sus creencias y convencionalismos para traernos una fábula que diserta sobre el sentido de la vida, la religión y las relaciones humanas.

Con este punto de partida, Gilliam cae víctima de sus propios excesos, ofreciendo al espectador una embarullada trama que cabalga entre los momentos de espontánea genialidad, y los de sonrojante vergüenza. Por momentos, asistimos a situaciones donde la sátira social ironiza sobre los excesos de una sociedad heredera de nuestras propias lacras; o a otros donde se diserta de manera inteligente sobre las necesidades emocionales y sensoriales del ser humano. Sin embargo, esas pinceladas, sucumben ante todo un arsenal de colorismo y excesos visuales que se entrelazan con escenas donde la trama se emborrona en aras de una pretendida magnificencia que no se llega a alcanzar. Gilliam se atropella con su lenguaje visual y su estilo narrativo, perdiéndose en un caos de pretenciosidad que desluce las virtudes que asoman en distintos episodios del metraje. Secundarios mal perfilados que desfilan de la mano de personajes insustanciales; escenas mal presentadas, pésimamente desarrolladas y horrorosamente finalizadas; y una sensación general de desaprovechamiento, son las columnas que sostienen "The Zero Theorem".

Ni siquiera el buen trabajo de Cristoph Waltz consigue levantar la sensación de decepción de un título que pretende más de lo que puede, y que quiere ser más de lo que realmente es. Quizás, con un mayor énfasis en la sátira, y un peso menor en la disertación existencial, estaríamos ante un título que podría haber recogido el testigo de otras cintas del director como "Brazil".
EuTheRocker
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