Haz click aquí para copiar la URL
Voto de EuTheRocker:
10
Drama Historia dramática que recorre 12 años (2002-2013) de la vida de Mason (Ellar Coltrane) de los seis a los dieciocho. Durante este periodo, se producen todo tipo de cambios, mudanzas y controversias, relaciones que se tambalean, bodas, diferentes colegios, primeros amores, desilusiones y momentos maravillosos. Un viaje íntimo y basado en la euforia de la niñez, los sísmicos cambios de una familia moderna y el paso del tiempo. (FILMAFFINITY) [+]
13 de septiembre de 2014
8 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los recuerdos son los habitantes de nuestra memoria que sirven como materia prima para la nostalgia. El tiempo que hemos abandonado en el camino, y que por mucho que nos pese, ya no podrá ser recuperado. Pero si que permite un reciclaje como base para la comprensión de nuestra existencia, y una reutilización como abono para superar nuestros temores y corregir nuestros errores. El pasado, muchas veces mal empleado y desaprovechado, es un bien inmortal y de valor incalculable siempre que sirva para mejorar nuestro presente. Porque es el ahora, la única certeza que nos pertenece y que en su fragilidad, desea escaparse por cada rincón de nuestra vida. El momento, ese al que se le pide cuentas con el eterno "carpe diem", vive gracias a nuestras decisiones y las de aquellos que nos rodean. Y esa interconexión de momentos, personas y lugares, crean esa realidad infinita y compleja que es nuestra vida. El mayor regalo que tenemos, y el más fácil de desaprovechar.

Richard Linklater escribe su nombre con letras doradas en la historia del cine con su última propuesta. Lejos del reclamo publicitario que supone la manera en la que el realizador se ha atrevido a afrontar "Boyhood", nos encontramos ante una película que es más grande que sus formas y que esconde su perfección en el fondo de un relato sencillo, que no simplista, pero de una belleza incomensurable. Linklater desgrana con su cámara las vicisitudes de Mason y su familia, componiendo un lienzo de una vida que, lejos de reinterpretaciones y dobles lecturas, ofrece una panorámica amplia de la vida y su magnífica imperfección. La grandeza de "Boyhood", no reside en diálogos grandilocuentes ni imágenes impactantes de profundo calado emocional. Lo que hace perfecta a la película de Linklater, es su capacidad para actuar como relato universal en el que el espectador se ve reflejado sin disfraces de por medio. Es cuando observamos nuestra imagen desde el otro lado del espejo cuando comprendemos la grandeza universal de un relato generacional, que sabe no limitarse a un público concreto. Mason es la imagen de nuestro primer amor, nuestra primera discusión, o nuestra primera decepción con el mundo. A través de los ojos de un inmenso Ellar Coltrane, desgranamos los momentos cotidianos de una vida cualquiera. Porque aquí, no existe un protagonista perfecto al que envidiar o desear; no estamos ante el niño más inteligente, ni el adolescente más atractivo, ni el muchacho más habilidoso. Mason, como muchos de nosotros, está condenado a ser uno más, y a descubrir por sí mismo, los ingredientes de los que se compone la vida. Las decisiones que nos llevan a triunfar y los pasos en falso que nos enseñan a madurar; las aficiones que abandonamos y las metas que nos proponemos. Todo en el relato de Linklater es vida.

Y cuando hay que hablar de la vida, hay que saber como hacerlo. Linklater no recurre a efectismos ni dramatismos exagerados. Un orfebre del diálogo como es él, construye una cinta basada en conversaciones básicas y reconocibles para cualquiera. Momentos universales encuadrados en una cinta sin barroquismos ni grandilocuencias. Una obra maestra interpretada por un reparto en estado de gracia, con una Patricia Arquette descomunal, un Ellar Coltrane magnético, o un genial Ethan Hawke. Y al igual que en nuestra vida, sin una banda sonora que adorne nustros momentos, pero si con canciones que se nos graban en la memoria como el acompañamiento perfecto para nuestros recuerdos.

Y para los que crean que Linklater ha pecado de ambicioso y de megalómano atreviéndose a afrontar este rodaje de 12 años, simplemente decirles que abandones sus prejuicios y se dejen embaucar por una obra maestra del séptimo arte, y cualquier otro arte. Un relato que por la manera en que ha sido concebido, solo demuestra la implicación y fé de cada uno de sus participantes en una joya llamada a hacer historia en las vidas de los que, como yo, no han podido evitar quitar el polvo a nuestros recuerdos más profundos y viscerales. Más que cine... son momentos de una vida.
EuTheRocker
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow