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Voto de Quatermain80:
8
Drama Edith es una joven judía deportada a un campo de exterminio, donde pierde a su familia. Ella se salva porque acepta desempeñar la función de Kapo, prisionero privilegiado cuya misión consiste en vigilar a los demás presos. Edith se adaptará a las formas brutales y despiadadas de sus carceleros hasta que se enamora de un prisionero soviético. (FILMAFFINITY)
14 de enero de 2010
17 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Extraordinaria y desconocidísima película de uno de los pioneros del cine político, el casi siempre interesante Gillo Pontecorvo, "Kapo" cuenta la historia de una jovencita francesa judía que durante la ocupación nazi es recluída en un campo de concentración; afortunadamente logra escapar de la cámara de gas, y haciéndose pasar por una presa común es deportada a un campo de trabajo en Polonia, donde llega a alcanzar el status de Kapo, algo así como una capataz de confianza para los nazis.

El interés del filme radica en ser uno de los primeros que abordó abiertamente el horror de los campos de concentración, mostrando particularmente la situación de las mujeres, y en que analiza con gran crudeza la adaptación psicológica de la joven Edith a una realidad terrible. La película es también una reflexión acerca del colaboracionismo y de las circunstancias que conducen al mismo, en este caso la mera superviviencia y la terrible convicción de que ésta prevalece sobre la dignidad. Edith, capturada siendo apenas una niña, separada de unos padres cuyo destino son las cámaras, no espera nada de la vida futura, no tiene un lugar al que volver y su única meta es sobrevivir, cueste lo que cueste; en este sentido es interesante el paralelismo que muestra respecto a Karl, un joven SS que sólo cree en la patria y en el deber ligado a ella.

El filme se beneficia de un estupendo guión, unas creíbles interpretaciones (magnífica Susan Strasberg, así como las secundarias) y de una notable ambientación, que transmite eficazmente la dureza de los campos. Todo ello, bien amalgamado por el director, da como resultado una película directa, dura y desesperanzada, a la que no obstante cabe reprocharle, como ha apuntado alguna crítica, una pobre y mal utilizada banda sonora.

Por el contrario, la historia de amor que Edith tiene con Sasha, el prisionero ruso, no me parece una concesión sentimental, sino un necesario giro para la historia; Edith parece haber encontrado una razón a la que agarrarse de cara al futuro, un motivo, en suma, por el que merece la pena arriesgar lo conseguido, esto es, la supervivencia. Finalmente, Edith enfrentará su destino, pero lo hará con la amargura extrema de quien se cree engañado y tiene por ello la terrible certidumbre de que nada le queda más allá de la alambrada.
Quatermain80
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