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Voto de Quatermain80:
8
Western. Romance James McKay (Peck), un capitán de navío retirado, viaja desde el Este a las vastas llanuras de Texas para casarse con Pat Terrill (Baker), la hija de un rico ganadero. El choque entre McKay, hombre pacífico, culto y educado, y los violentos y toscos rancheros es inevitable. No sólo tendrá que enfrentarse con el capataz Steve Leech (Heston), sino que incluso su novia se sentirá decepcionada por su comportamiento. Mientras tanto, el padre ... [+]
22 de agosto de 2010
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hermoso Western de William Wyler que trasciende los códigos habituales del género, construyendo un relato de considerable riqueza en el que las actitudes de los personajes chocan inevitablemente, generando un conflicto que es el motor principal de la película.

En efecto, y más allá del argumento aparente, el filme se sustenta en la contraposición de las mentalidades que caracterizan a los personajes principales del mismo. Destacan tres parejas de contrarios; la que forman James McKay (Peck) y Steve Leech (Heston), de similar edad pero que muestran actitudes radicalmente contrarias, siendo el primero hombre educado, mesurado y discreto, mientras que el segundo es rudo, elemental, y ansioso por demostrar su hombría (no dejarse avasallar, imponer respeto, intimidar). La segunda pareja se establece entre el Mayor Henry Terrill (Charles Bickford), gran propietario y ganadero, arquetipo del triunfador del Oeste, y Rufus Hannassey (Burl Ives), también ganadero, pero en inferioridad tanto en estatus como en riqueza, respecto al primero. Por último, el antagonismo aflora también entre Patricia Terrill (Carroll Baker) y Julie Maragón (Jean Simmons), siendo la primera la caprichosa y obtusa hija del Mayor, destinada a casarse con McKay, y la segunda una maestra, heredera del estratégico rancho de Valverde, inteligente y perspicaz, siendo la única que comprende la actitud de McKay.

Son las distintas decisiones de todos estos personajes, cuyo antagonismo es hábilmente subrayado por Wyler, las que elevan el interés de la historia, que se beneficia además del innegable buen hacer del citado realizador, que enmarca los acontecimientos en unos exteriores magníficamente elegidos, con grandes llanuras áridas de imponente presencia, así como con la ominosa amenaza que encarna el "cañón blanco". Al igual que solía hacer Anthony Mann, en esta película el paisaje cobra una importancia mayúscula, convirtiéndose en un componente dramático más. El guión es intenso y rico en matices, dibujando muy bien las personalidades, que son tratadas sin excesivos maniqueísmos. El reparto es amplio y muy bueno, destacando, por encima de todas las actuaciones, la de Burl Ives, que impone carácter desde su primera y muy espectacular aparición. Si a todo ello añadimos una buena fotografía, la cuidada planificación de Wyler en planos y movimientos de cámara, y una música épica que permanece para siempre en el recuerdo del espectador, sólo resta disfrutar de un filme tan grandioso como sus personajes y sus paisajes.
Quatermain80
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