Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Quatermain80:
8
Aventuras. Fantástico. Acción Un ladrónzuelo de dedos hábiles que actúa en las calles de Bagdad entra un día en palacio del Califa con intención de robar un tesoro. Allí ve a la princesa y se enamora de ella. Junto con un colega traman un plan para raptarla, aprovechando que se va a celebrar una audiencia de pretendientes para casarse con la princesa.
2 de julio de 2010
21 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hubo un tiempo pasado en el que la magia cinematográfica era el resultado de la pintura y el cartón, de la maqueta y el trucaje; la fantasía resultante era el premio al trabajo de unos hombres que sin ser reyes ni arquitectos creaban palacios, ciudades y reinos de ensueño, poblados por personajes de fastuosas vestimentas.

Todo eso y algo más nos recuerda el visionado de esta obra ambiciosa y audaz, fruto del empeño de Douglas Fairbanks (intérprete, guionista y productor), quien tras ver "Las tres luces" de Fritz Lang, quedando fascinado por sus trucos, se apresuró a rodar esta historia, no sin antes comprar los derechos de la película del director alemán, la cual retuvo sin estrenar para evitar comparaciones (principalmente en la secuencia de la alfombra voladora). No obstante, tuvo el buen juicio de rodearse de un triunvirato genial, compuesto por Raoul Walsh en la dirección, Mitchell Leisen en el diseño de vestuario, y William Cameron Menzies a cargo de los decorados. La brillantez de la obra se debe, fundamentalmente, a la labor de estos hombres. Walsh se nos muestra ya como un director especialmente dotado para la narración, con su tradicional dominio del ritmo y de la plasmación en imágenes de una historia cualquiera. En cuanto al vestuario y los decorados debe advertirse que desde un principio optan por recrear un mundo de ficción, en el que no importa si las murallas son desmesuradas, si los vestidos anacrónicos o la arquitectura irrealizable; en efecto, es en el mundo de la fantasía y la aventura en el que estas cosas carecen de importancia, en el que es posible derrotar a la muerte con una manzana, ver el futuro en un cristal o volar en una alfombra, y también donde al final siempre triunfan el bien y el amor.

La labor de los intérpretes es bastante buena, aunque resulta oscurecida por el hiperprotagonismo de Fairbanks, que abusa de sus poses y cabriolas, resultando algo cargante. Destacan algunas secuencias, dominadas por los soberbios decorados de Menzies (al nivel de los de "Intolerancia" por su grandeza y variedad), como la entrada en palacio de los príncipes, el periplo aventurero de Fairbanks en pos de su cofre mágico (de una imaginación y creatividad desbordantes), y el asalto final a Bagdad con tropas surgidas de la nada. En conjunto, una película para ser disfrutada mil y una noches.
Quatermain80
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow