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Voto de GRADIVA:
6
Drama. Intriga. Romance Ana (Manuela Vellés) y su mejor amiga Linda (Bebe) comparten el piso que una mecenas de jóvenes talentos tiene en Madrid, y donde también se refugian otros aspirantes a artistas, entre ellos un chico saharaui y un anglosajón. Antes de llegar a la capital, Ana vivía con un padre hippy, en Ibiza, donde trabajaba de camarera. (FILMAFFINITY)
27 de agosto de 2007
11 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sumamente poética, simbólica, hipnótica, bella e ingenua. Exaltación de lo femenino en su estado más primigenio.
Ana es la esencia pura de la Venus parida por el mar, es la gran madre “de todos los hombres buenos”, Es LA MUJER, es todas las mujeres que han existido y existirán.

Pinturas naïf de contrastes chillones hablan de puertas cerradas que quieren ofrecer salidas a cuevas profundas que representan oscuros rincones del alma, úteros protectores y laberintos del subconsciente.
Habla de la mujer- paloma que se enfrenta en vidas sucesivas al hombre pájaro, al halcón depredador que la mutila, porque la teme.

Habla de pureza, de misticismo y de caos. Porque caótica desde luego és, y mucho.

La peli tiene una belleza barroca, es un intento de traducir a imágenes estados de la conciencia que a veces solo se experimentan en sueños o a través de ciertas sustancias...
Combinar esto con un buen guión es complicado y ahí es donde cojea un poquito.

Creo que a Medem no le quedó más remedio que estrenarla, algún día tendría que ser no?, los actores se cansan, los recursos se agotan… pero da la impresión de ser una obra inacabada, a la que siempre le faltarán los últimos toques de luz y de sombra.

A mi se me antoja la neurosis de un artista que jamás estará contento con su resultado, la típica criatura que se expande y se contrae continuamente, que se pinta y se borra y se vuelve a pintar, que se escribe y se tacha y se corrige y se destruye y finalmente se conforma, de puro agotamiento mental, de obligatoria limitación que lo terrenal impone, se rinde dando lugar, finalmente, a un parto sietemesino.

Me imagino que su intención de reflejar tan siquiera un pálido destello del alma de su hermana, lo complicado de plasmar un espíritu tan extremadamente complejo y excepcional en un género tan difícil como es el cine, incluso para un superdotado como Medem, es una ardua tarea, de ahí que no se pueda hablar de “obra maestra”para nada. Su obra maestra, sin lugar a dudas, sigue siendo: Los Amantes del Circulo Polar, tan redonda como los círculos concéntricos que tanto gustan al autor. Porque para Medem el círculo es lo perfecto, lo infinito. Para Medem Dios es una circunferencia.

De todos modos…. por los momentos en los que logra excitar lo más profundo del alma humana, lo más primitivo, por el extraordinario simbolismo que caracteriza a todas sus obras (y que en esta desde luego no falta), por la estética de las imágenes, alguna bellísimas…merece la pena verla. No es su mejor película, pero permanecerá en tu subconsciente, como permanece todo lo que hace este hombre, sea mejor o peor, siempre deja huella.
GRADIVA
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