Si pensaban que no volverían a ver nada como "Precious" acertaron, pero aquí tienen algo mucho más refinado. La película en sí no deja de ser otra americanada sobre dramas e historias de superación personal que se ven plasmadas en el éxito deportivo. Previsible y con final feliz, por supuesto. Más de lo mismo, por mucho que esté basada en hechos reales.

Sinceramente, pienso que esta película ha sido importante sólo por la oportunidad que le ha
brindado a Sandra Bullock para lucirse y de hecho le ha valido su primer Oscar por su papel protagonista. Creo que por primera vez tenía entre sus manos un personaje lo suficientemente contundente como para hacerse con él y ella lo sabía. No desaprovechó la oportunidad, se comía la pantalla cada vez que salía en imagen, algo que sólo consiguen las grandes del cine.
Pero, aunque le ha valido el Oscar, no se ha escapado de las garras de algunos críticos que han valorado duramente su actuación, alegando que su personaje hace gala de los gestos de caridad burguesa con las personas más desfavorecidas, más que condescendencia con éstas.
Yo pienso que los motivos que llevan al personaje que interpreta a solidarizarse con el drama personal del chico escapan a la propia Bullock, que se lo pregunten al guionista. Evidentemente, es una película que trata de conmover a marchas forzadas pero, si lo consigue, más que por la historia del "chico desgraciado" yo diría que es por el papel fraternalista de Bullock, que es la que consigue que sientas esa necesidad de ayudar. ¿Caridad burguesa?. Es posible. ¿Racismo?. Es evidente que poner un chico negro añade dramatismo a la historia, pero no creo que sea racismo. ¿Un peliculón?. No hay para tanto.
En definitiva, es la película que le valió el Oscar a Sandra Bullock, nada más.