Lago Eden de James Watkins es un thriller de terror sobre una pareja que en unas vacaciones en un lago, pasan por un infierno por culpa de un grupo de perversos adolescentes. Dirigida con un ritmo enérgico y con un estilo provocador que lleva la violencia a límites insospechados, es una obra que sobrepasa los límites del encaje en cuanto a agresividad del espectador, sacudiéndole con una historia incitadora que arrolla con todo a su paso. Realizada de manera implacable tiene un resultado sorprendente que indigna con su injusticia y excesos a todos los públicos.
La fotografía mezcla con aciertos los tonos oscuros con los lumínicos, mostrando la naturaleza en un trabajo tan evocador como sombrío. La música es intrigante e incluso turbadora en una labor hipnotizadora que inquieta y hace sentir al público la constante amenaza en un acompañamiento muy acertado. Los planos y movimientos de cámara te transportan al lugar a través del uso de los generales, primeros planos, grúas, panorámicos, reconocimiento, aéreos, avanti, retroceso y cámara en mano.
Las actuaciones son creíbles y eficientes de los protagonistas Kelly Reilly y Michael Fassbender y contundentes y detestables las interpretaciones de Thomas Turgoose, Bronson Webb, Shaun Dooley, Jack O´Connell, Finn Atkins y Eliza Elkington. Para estos emplea la dirección artística unos vestuarios estéticamente sugerentes a adolescentes y destacan también, unos efectos sobrecogedores que enardecen la sangre y la violencia.
El guion, escrito por el director, es insano al tener en su interior una historia perniciosa que machaca al público, el cual asiste con asombro a una trama implacable que penetra para siempre en él por ser de lo más provocadora y espeluznante, con uno de esos finales que te absorben y convulsionan cumpliendo ampliamente con el cometido nocivo de dejar tocado al espectador tras su visionado. Esto se lleva a cabo con una narrativa insidiosa típica de adolescentes malvados muy apropiada para lo que se cuenta en el film.
En definitiva, la considero una obra esencial en los thrillers con finales incitadores que no se digieren fácilmente, ya que es totalmente opuesto a lo que estamos más acostumbrados de ver y lleva impreso en un interior una violencia arrebatadora imposible de olvidar. Recomendable por su dirección, guion, actuaciones, fotografía, música, efectos, movimientos de cámara y narrativa que hacen de Lago Eden, uno de esos films imprescindibles en su categoría si estás dispuesto a pasar un rato de indignación y sobresalto al ser una película inesperadamente nociva para el público más convencional.