La señal (the ring) de Gore Verbinski es un remake de thriller, intriga y terror. Dirigida con un ritmo dinámico y con el estilo típico del sobresalto y la constante inquietud por la trama, es una obra notable en el género que mantiene al público en vilo y deja tras de sí una sensación escalofriante que la convierte en uno de los mejores referentes del género en la década. Realizada de forma amenazadora tiene un resultado provocador que queda en la mente del espectador por la efectividad de su terror.
La fotografía es oscura y está repleta de imágenes tenebrosas que impresionan y perturban al público en una labor que además es enigmática. La música es intensa y penetrante en las escenas clave gracias a la mano especializada de Hans Zimmer, además los sonidos utilizados hipnotizan en un trabajo insidioso aunque eso sí, en ocasiones es algo escandaloso para inquietar más al espectador. Los planos y movimientos de cámara son rápidos en la acción y muy acertado a través del uso de la cámara en mano, circulares, reconocimiento, avanti, subjetivos, primeros y primerísimos planos que mantienen al público en constante alarma.
Las actuaciones son cumplidoras pero no señaladas. Como protagonista Naomi Watts trabaja con carácter y emotividad en una convincente tarea, siendo oportunos los acompañamientos de Martin Henderson, Brian Cox, David Dorfman, Daveigh Chase, Lindsay Frost y Amber Tamblyn entre otros. La dirección artística emplea para estos unos vestuarios comunes a cada personaje y unas caracterizaciones estremecedoras en una pavorosa y notable labor que no pasa desapercibida. Destacan también unos efectos aterradores que sobresaltan en un espeluznante trabajo.
El guion, escrito por Ehren Kruger y basado en la novela de Kôji Suzuki, es pernicioso de principio a fin al ser implacable en una trama tan penetrante y misteriosa que mantiene al público en continuo nerviosismo, siendo en definitiva provocador y absorbente hasta tal extremo que después de tantos años sigue siendo citada como una referida cinta en su género. Esto se lleva a cabo con una narrativa misteriosa y sombría que es sugestiva y aumenta la sensación de turbación, manteniéndola hasta el final.
En conclusión, la considero una obra inolvidable e imprescindible en el género, que cautiva y atemoriza al espectador a partes iguales aunque sea un remake, ya que conserva el mismo valor que la versión original e impacta de tal manera que sigue siendo recordada aun con el paso de los años. Recomendable por su dirección, guion, fotografía, música, efectos, movimientos de cámara y caracterizaciones que hacen de La señal (the ring), un film que en su categoría sigue teniendo el mismo esplendor que cuando se estrenó.