Los olvidados de Luis Buñuel, es un drama sobre la pobreza infantil. Dirigida con un ritmo vigoroso, y con una trama atrevida y provocadora, tiene un resultado emotivo y conmovedor, por ser de una dureza arrebatadora, y es inesperadamente triste y desesperanzadora.
Contiene una fotografía en blanco y negro, rica en matices. Y musicalmente es enternecedora y también inquietante por tener unos sonidos intensos e incluso hipnóticos. Con un gran manejo de cámara, gracias a unos planos subjetivos y trabajados al detalle, para dar más realismo a la trama, y situar hábilmente al espectador, en el panorama de los protagonistas.
Las actuaciones, son cumplidoras y naturales, con papeles espontáneos y notables de Alfonso Mejía, Roberto Cobo, Estele Inda, Miguel Inclán y Alma Delia Fuentes. Usando unos vestuarios y caracterizaciones míseros y humildes, alusivos al lugar y momento en cuestión, que contiene decorados pobres y sugerentes.
El guion, escrito por el mismo director junto con Luis Alcoriza, tiene menos tintes surrealistas de lo normal para ser una película de Buñuel, tan solo los mostrados en un sueño, y por supuesto, vuelve a mostrar insinuaciones a la sexualidad. Por lo demás, el argumento es estremecedor y desmoralizador, en cuanto a la historia de los jóvenes se refiere.
Y para concluir, tan solo destacar algunos efectos visuales competentes para la época. Por lo que, en definitiva, la considero una obra inolvidable e insustituible, tan emotiva como violenta, y desde luego, una de las mejores cintas del singular Luis Buñuel, que marca con amargura, una película tan arrolladora y dura como pesimista.