Gertrud de Carl Theodor Dreyer es un drama basado en una mujer madura que es muy exigente en el amor, razón por la cual deja a su marido por un músico joven aunque el resultado no será el esperado. Dirigida con un ritmo mayestático y con el estilo subjetivo en búsqueda de la perfección que siempre busca el director, es una obra profunda que se centra en una mujer desilusionada con su vida amorosa, dejando a su marido para buscar el amor verdadero y llevando a cabo con ello una trama incitadora y elegante que expone una vez más, los miedos y demonios de unos personajes que se ahogan en sí mismos y arrastran consigo a los seres que les rodean, concluyendo con esa idea un film notable que gustará a los seguidores del director.
La fotografía en blanco y negro es exquisita en detalles, con imágenes que hacen gran uso de los claroscuros y consuman una espléndida tarea que cautiva a todos aquellos amantes de las escenas que buscan la culminación visual. La música es armoniosa en sus sonidos bellos que son tranquilizadores y clásicos, con melodías de pianos emotivas que acompañan sutilmente la obra en los momentos oportunos. Los planos y movimientos de cámara consuman un labor lenta al estilo de Dreyer, con largos planos secuencias en los que lucen los generales, reconocimiento y avanti bien elaborados en detalles.
Las actuaciones son eminentes e intachables. Como protagonistas Nina Pens Rode trabaja con sinceridad y emotividad, Bendt Rothe está convincente y con carácter y Ebbe Rode está correcto en su papel, siendo notables los acompañamientos de Baard Owe, Anna Malberg y Axel Strobye. La dirección artística emplea para estos unos vestuarios y caracterizaciones distinguidos y apropiados a la clase alta a la que pertenecen los protagonistas, labor que junto con los elegantes decorados, te transportan eficazmente al lugar en cuestión.
El guion, escrito por el director y basado en la obra de Hjalmar Soderberg, es profundo en su modo de mostrar la falta o mejor dicho la exigencia en el amor de la protagonista, por lo que es un film que cautiva a los cinéfilos exigentes y seguidores del director, ya que su historia aún siendo sustanciosa está llevada sin prisas al poner a prueba a Gertrud sobre los amores no correspondidos que ella tiene, buscándose al final ser la típica solterona que exige lo que nadie le da. Esto se lleva a cabo con una narrativa impoluta y educada que a base de un lenguaje clásico y lírico acompaña magistralmente el film, además de usar también en determinados momentos una voz en off profunda que es de lo mejor de la película. Cabe destacar también, el montaje lineal pero con flash-back recordatorio para poner al público en situación.
Para finalizar, la considero una de las obras inolvidables del director pero no es de las más esenciales en su filmografía, ya que aunque contiene los toques típicos de Dreyer de profundizar en el personaje, no tiene sin embargo los habituales momentos de misterio o giro argumental que tan bien plasma en otros films el cineasta danés, pero eso no quita que sea una buena película que una vez más, esté rodada con gran calidad y pasión cinematográfica. Recomendable por su dirección, guion, actuaciones, fotografía, música, planos, movimientos de cámara, vestuarios y narrativa que hacen de Gertrud, un film elegante y recóndito en su modo de profundizar en los personajes que una vez más, lleva el sello inconfundible del gran director danés Carl Theodor Dreyer.