Balas sobre Broadway de Woody Allen, es una comedia basada en el teatro y la mafia en los años 20. Dirigida con un ritmo tranquilo y paulatino, y con el usual y frecuente humor del director, es personal y propia, además de eficiente y correcta. Realizada de manera ingeniosa y perspicaz, tiene un resultado cualificado y competente, que cumple con las exigencias habituales hacia su persona, aunque desde luego no es de las mejores que ha realizado.
La fotografía, es rica en matices por usar en muchos interiores la luz tenue, siendo por tanto bella y decorativa, tiene imágenes evocadoras y atractivas que dan confort, al mezclar con acierto los claroscuros. La música es clásica, con bandas al principio y al final del film como es costumbre en él, además el resto del film tiene sonidos alusivos y armoniosos que acompañan con buen gusto la trama en los momentos oportunos. Y los movimientos de cámara y planos, usa con acierto el seguimiento, reconocimiento, travellings y generales interrumpidos, realizando un sobrio pero certero trabajo técnico.
Las actuaciones, son cumplidoras y aceptables, imitando las interpretaciones más exageradas de teatro. Contando con las labores de John Cusack, Dianne Wiest, Chazz Palminteri, Jim Broadbent, Rob Reiner y Joe Viterelli entre muchos otros. Empleando para ellos, unos vestuarios y caracterizaciones sugerentes a la época que son distinguidos, estilosos e incluso fascinantes, y junto con unos soberbios decorados completan una gran dirección artística.
El guion, escrito por el mismo director junto con Douglas McGrath, es común del director aunque algo más redundante que el resto, con una historia cómica y algo disparatada, cumple de forma acertada y original al agradar y divertir al público. Empleando una narrativa con voz en off del protagonista, que es explicativa durante todo el film, y unos diálogos ingeniosos y ocurrentes que gustan por su perspicacia y sarcasmo característico del director, que son llevados con rapidez dando dinamismo al film.
Para finalizar, la considero una obra divertida y entretenida del cineasta neoyorkino, y aunque no es de las más lúcidas, cumple con su cometido y salva el estatus del director. Recomendable por su dirección, guion, fotografía, música, vestuarios, caracterizaciones, decorados y diálogos que convierten a Balas sobre Broadway, en un film satisfactorio y eficiente, aunque algo mejorable en cuanto a interpretaciones y humor se refiere.