Segunda entrega de la Furia de Titanes, supongo que con pingües beneficios para la productora, que parece que pone punto final a esta extravagante manera de denigrar la mitología griega.

La película, fuera del paupérrimo guión, es una correcta cinta de aventuras, con un colosal presupuesto y unos efectos especiales importantes.

Grandes actores para un resultado bastante mediocre. Un 6 para ambas producciones, que dejan abierta la puerta,como con Hércules y algún héroe griego más de la riquísima mitología, para hacer colosales producciones que sean más culturales para los espectadores no exentas de la monumentalidad que se les debe exigir.