No soy un gran seguidor de las películas de terror, yo diría que no me gustan y no me gusta pasar malos ratos cuando me siento a ver cine, lo hago para disfrutarlo, y no para sufrirlo. Sin embargo, también he de decir que tengo curiosidad, y cuando se habla mucho de una película, aunque sea para denostarla, me pica el gusanillo. Y así ha sido.

"El exorcismo de Emily Rose" no es una película de terror, es un thriller judicial que toca ese tema de las posesiones que llega a aterrorizar, pero aquí se deja en un segundo plano, más como un testimonio judicial de los hechos que como el tema principal del guión, el exorcismo no tiene más valor que el testimonial en un juicio con jurado al basarse sobre hechos reales, hechos que realmente acaecieron y que llevaron a juicio a un sacerdote cristiano que practicó un exorcismo al que se le acusaba de homicidio por negligencia.

Correcta película de Scott Derrickson (al que Marvel le ha encargado este año la dirección de la película del Doctor Extraño con Benedict Cumberbatch de protagonista) donde centra la acción más en el juicio que en el propio exorcismo practicado a Jennifer Carpenter (la hermana de "Dexter"), en una más que convincente interpretación, por el padre interpretado por Tom Wilkinson y defendido por Laura Linney,

El resto, es una cuestión de fe, como acertadamente señala su letrada defensora, ya que el único hecho irrefutable es que Emily Rose murió. Ahí están los hechos para que cada uno, según sus creencias y su propia sensibilidad, emita su veredicto.

Y mi veredicto para la película es de notable, un 8. Los que busquen terror puro y duro que se abstengan, los que tenga curiosidad que la disfruten.