Sorprendente película de terror por su verosimilitud, por su cotidianeidad, por su cercanía, porque te puede pasar a tí cualquier día en cualquier sitio.

Un simple cruce de palabras, sin llegar a lo ofensivo, una mirada a los ojos o bajarla porque no la puedes mantener, un detalle, puede llevar a una confrontación que sin comerlo ni beberlo te puede llevar a una situación límite en la que te estas jugando la vida sin saber muy bien lo que pasó para llegar a esa situación, simplemente una concatenación de circunstancias que te hacen estar luchando por tu vida.

Correcta película inglesa dirigida por James Watkins, con actores entonces poco conocidos pero que bordan sus papeles, como Kelly Reilly y Michael Fassbender, así como los chavales, que aunque no han llegado todos, sí han tenido éxito y se han abierto camino, destacando, en mi opinión, Jack O'Connell, que ya apuntaba alto.

Para amantes del género. Un 6.