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Estados Unidos Estados Unidos · Raccoon City
Voto de Maldito Bastardo:
5
Romance. Drama. Comedia Lo que comenzó como un juego de infancia entre Sophie y Julien, un juego de atrevidos retos, con el tiempo se ha convertido en una forma de vida. Sophie y Julien llevan ese juego hasta el límite, se burlan de todo y de todos y se hacen daño deliberadamente. Moderno cuento de hadas que relata una grotesca y hermosa relación de amor-odio. (FILMAFFINITY)
26 de junio de 2011
10 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Quiéreme si te atreves” cuenta con un gran discurso final en su clímax:

«Felicidad en estado puro. Bruto, natural, volcánico. ¡Qué gozada! Era lo mejor del mundo. Mejor que la droga, mejor que la heroína, mejor que el costo, coca, crack, chutes, porros, hachís, rayas, petas, hierba, marihuana, cannabis, canutos, anfetas, tripis, ácidos, LSD, éxtasis. Mejor que el sexo, que una felación, que un 69, una orgía, una paja, el sexo tántrico, el kamasutra, las bolas chinas. Mejor que la Nocilla y los batidos de plátano. Mejor que la trilogía de George Lucas, que la serie completa de los Teleñecos, que el fin de “2001”. Mejor que los andares de Emma Peel, Marylin, la Pitufina, Lara Croft, Naomi Campbell y que el lunar de Cindy Crawford. Mejor que la cara B de ‘Abbey Road’, que los solos de Hendrix. Mejor que el pequeño paso de Neil Armstrong sobre la luna, el Space Mountain, Papá Noel, la fortuna de Bill Gates, los trances del Dalai-Lama, las experiencias cercanas a la muerte, la resurrección de Lázaro. Todos los chutes de testosterona de Shwarzenegger, el colágeno de los labios de Pamela Anderson. Mejor que Woodstock y las raves más orgásmicas. Mejor que los excesos del marqués de Sade, Rimbaud, Morrison y Castaneda. Mejor que la libertad. Mejor que la vida.»

Es una pena que no haya sentido nada de lo anterior por la película de Yann Samuell.

Los hijos de Jean-Pierre Jeunet comenzaron a crecer desde hace años y esa iconizada “Amelie” se convirtió en su santificada señal. Niños, metástasis, niños, malos tratos y tratos malos… niños y juegos, juego de niños, claro. El extremismo de esas pruebas para recuperar una caja sobre la que todo orbita incluso en los planos del director se convierte en el nuevo epicentro romántico. Ese extremismo también es visual. Desde la animación hasta el surrealismo, desde el zoom y la catarsis formal de géneros cómicos y negros, románticos y trágicos queda reflejado en la frase «Es un juego alucinante. El problema es que a nadie le hace gracia».

La película que personifica Samuell es tan blanda como un algodón y tan superficial como el polyester aunque eso del almíbar con el hormigón sabe fatal. La locura de amar la habíamos vivido en “Jules y Jim” de Truffaut con triangulo bizarro incluido y las gotas correctas de demencia cinéfila de “Las Margaritas” de Vera Chytilová. Marie I y Marie II ahora son Sophie y Julien pero ese genuino collage audiovisual de sensaciones queda retenido por un condón. No fueron lo mismo los 60 y la Nouvelle Vague que los 00 y el efecto de montaje digital. Las historias de amor ahora efectivamente están plastificadas por el paso del tiempo, por ese anarquismo y rebeldía ante los designios de un mundo racista y cruel que ya parece perdido. Jean Vigo a principio de los treinta lo contó mejor en dos bellos poemas sobre el anarquismo y la libertad para amar y filmar titulados “Cero en conducta” y “L'Atalante”.
Maldito Bastardo
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