Jean-Luc Godard es un intelectual del cine, del lenguaje, del arte, de la política, etc. Sus películas ofrecen un nuevo lenguaje para comunicarse con el espectador. La ruptura la supone "À bout de souffle", pero Godard sigue experimentando a lo largo de las décadas ya que es un director muy prolífico. Se producen muchos cambios técnicos, un montaje discontinuo, mayor uso de travellings, distinta iluminación, etc, para conseguir el auténtico fin, la libertad creativa. Godard entiende que no debe amoldarse al modo de representación institucionalizado (MRI). Siguiendo al teórico Noël Burch, el MRI sería un lenguaje, inscrito en el materialismo-histórico dialéctico, y serviría para mercantilizar la cultura.

Así que por un lado tenemos la búsqueda de libertad artística de Godard y por otro la búsqueda de libertad en el tema del filme. Alphaville es una distopía que sirve de parábola para el tiempo histórico de los 60, donde en plena Guerra Fría, EEUU y la URSS trataban de adoctrinar a toda su población contra el "otro". Reflexión sobre el papel cada vez más utilitario de las personas, lo que no es funcional considerado como anormal, y sobre el creciente peso de la tecnología en las sociedades actuales. Alpha 60 en Alphaville y HAL 9000 en 2001: odisea del espacio, son claros ejemplos del miedo a la Inteligencia Artificial y al proceso de desnaturalización de nuestra civilización en la década de los 60.

Godard, cineasta de referencias explícitas e implícitas. No puede faltar, el filósofo Wittgenstein y su estudio sobre el lenguaje y el significado; el cine negro estadounidense con sus detectives cínicos y femmes fatales; la poesía surrealista o nombres propios con significado, von Braun - Nosferatu.

Por último, sólo por el reparto ya merece la pena verla, actores de culto como Eddie Constantine, Akim Tamiroff, Howard Vernon y Anna Karina. Un plano secuencia de un primer plano del rostro de Anna Karina es simplemente arrebatador.