Haz click aquí para copiar la URL
Voto de bajocontinuo:
7
7,4
2.369
Documental Las organizaciones ecologistas más importantes a nivel mundial están fracasando al encarar la fuerza destructiva más grande a la que se enfrenta hoy nuestro planeta. El documental sigue el estremecedor viaje, no exento de humor, de un esperanzado ecologista en su atrevida búsqueda de una auténtica solución para los problemas medioambientales más urgentes y del verdadero camino a la sostenibilidad. (FILMAFFINITY)
16 de febrero de 2016
16 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
A veces, muchas veces, se nos olvida que un documental es un producto del que se espera obtener un beneficio y pensamos que es una creación pura e impoluta, de credibilidad absoluta. Pues no es así. El director y el resto del equipo tienen que comer y utilizan recursos para mover las emociones: intriga, oscuros personajes que conspiran, información poco contrastada, veladas sugerencias y, por supuesto, el reclamo de las lágrimas. Estos ingredientes no son exclusivos de Cowspiracy, sino prácticamente de todo el género documental.
Dicho esto, lo más llamativo es que se acusa de supuestos de gravedad a grandes organizaciones ecologistas como Greenpeace o Sierra Club: no alertan del problema que supone la ganadería intensiva porque tienen miedo de perder sus fondos (fondos que probablemente provengan incluso de la industria cárnica). Estas asociaciones, claro, dicen que eso es falso, y que sus declaraciones han sido manipuladas para encajar en la agenda del director. En Greenpeace incluso abrieron un blog sobre el tema.
Total, que estamos como siempre, ¿Quién dice la verdad? Al menos en algo están de acuerdo: la ganadería intensiva es un grave problema medioambiental y hay que hacerle frente; además, el veganismo es una buena manera de tomar partido. Y aquí está lo chocante para mí: ¿Alguien ha oído, entre las muchas campañas de Greenpeace, alguna que aliente a dejar de comer productos animales o que acaso hable de la sobreexplotación y sobrepoblación de animales de granja? Igual ahora hacen una, pero ¿de hace años a esta parte? Yo nunca. De repente, admiten que es un problema serio, pero antes ni tocarlo. Y otra cosa que te deja con la mosca tras la oreja: ¿Por qué reaccionan tal mal los trabajadores de esas asociaciones ecologistas cuando se les pregunta por qué no atacan frontalmente en asunto de la ganadería intensiva? Se los ve tensos, sin palabras, echando balones fuera... Son directores ejecutivos los que hablan, no becarios de la planta sótano. ¿De verdad su única respuesta es la de la infanta Cristina cuando le preguntan por lo de su marido?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
bajocontinuo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow