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España España · Donostia
Voto de Jmpg2012:
6
Drama Justine ya no es una niña. Ha crecido, se ha casado y está dispuesta a formar una familia. Sin duda su marido Phil la quiere, pero ya hace tiempo que intenta sin éxito tener un niño. Justine se pregunta si la marihuana que fuma su marido con su mejor amigo Bubba podría ser la causa. Un día en el trabajo, Justine descubre una especie de alma gemela en un compañero del trabajo, Holden, un joven creativo y apasionado que representa una ... [+]
24 de noviembre de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que he visto una película protagonizada por Jennifer Aniston por convencerme a mi mismo de que no tengo prejuicios. Me podía haber ahorrado semejante demostración de honestidad. Cuando un director de estos que llamamos “independiente” se decanta por un casting que hace descansar el peso de su segunda película en una actriz glamourosa, cómica de notable éxito mundano en las crónicas rosas de Hollywood, está haciendo un ejercicio lleno de paradojas. Porque imaginarse a Anniston en la piel de Justine Last, una triste cajera de supermercado gris de un triste pueblo de la América profunda, implica. un notable esfuerzo de abstracción.

El hecho de que el personaje esté casado con un porreta indolente y que la pareja no consiga tener hijos, denota que el director de casting quiere jugar con la memoria de su sonado matrimonio con Brad Pitt y su no menos sonada separación, como esos letristas que escriben en las coplas los amoríos de sus intérpretes para aumentar la caja.


A partir de estos condicionantes del casting, se desarrolla una película que no encuentra su término medio entre la comedia y el drama, cuyo protagonista tampoco tiene claras sus prioridades y cuya moraleja se escapa a la comprensión.

Una de las premisas de el guión más simple es que, a partir del segundo acto, el protagonista debe tener claro qué es lo que busca, cuál es su objetivo, qué pretende en la vida. No conviene fundir en bronce este principio, ni saltárselo sin competencia.

The good girl oscila entre la estructura de comedia sin que, a medida que se desarrolla, tenga maldita la gracia. La historia da un giro hacia la mitad. Justine describe la historia que parecían querer contarnos, resumiendo un relato póstumo del escritor sin talento:



Era sobre una chica oprimida cuyo trabajo es como una cárcel y cuya vida no tiene sentido. Los demás no la entienden. Sobre todo su marido. Un día conoce a un chico oprimido y se enamoran. Tras pasar todas sus vidas, sin que los entiendan, con una sola mirada se entienden perfectamente. Al final el chico y la chica huyen juntos a lo desconocido y no se vuelve a saber de ellos.



Pero no es así. El personaje de Jake Gyllenhaall –calcado de El guardián entre el centeno y heredero de su anterior Donnie Darko- no redime a la cajera de su anodino trabajo ni de su desapasionado matrimonio. Lo que parecía una paradoja de liberación y descubrimiento, a través de la infidelidad, se convierte, en una historia de aceptación de las limitaciones y de redención mediante la paternidad. Pero este giro sucede sin matices, a marchas forzadas, sin la debida progresión que lo haga aceptable. El director, que nos presentó a su marido como un insustancial lastre, se ve obligado a caracterizarlo en el tramo final como la verdadera apuesta de la cajera, vistiéndolo de virtudes cogidas a contrapelo y a rizar el rizo imposible de mostrar esperanza donde se había esforzado por pintar gruesos trazos de desaliento.
Jmpg2012
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