Vaya, elegí un mal sitio para ser adicto al sexo. Resulta que en este país un sexo adicto es un salido, depravado, enfermo, degenerado, posiblemente un delincuente de la peor calaña, y las mujeres te ven como un cerdo baboso, pero en los USA, eres sexo adicto y automáticamente las tías se te abren de patas y quieren cumplir contigo todo tipo de fantasías sexuales, ya seas un retaco despeinado y con cara de memo como el Sam Rockwell o un gordo como el amigo, podrás follarte a la tía que quieras, donde quieras y como quieras.

No he leído la novela de Chuck Palahniuk (aunque si otras del autor), pero se me han quitado las ganas viendo esta película. Me cuesta creer que el genial novelista, con su ágil estilo directo, entre grotesco y satírico haya escrito algo tan aburrido. El director es debutante y la película se resiente de ello, pues el ritmo narrativo es plomizo y cargante, la parte cómica se queda en esbozar una leve sonrisa en un par de momentos concretos, y el universo surrealista y bizarro de Palahniuk nunca es retratado con la fuerza de sus novelas, los personajes son caricaturescos, los dialogos pobres y la trama, insufrible. Realmente, acabo de ver la película y aun estoy dándole vueltas, intentando componerla en mi cabeza para ver que me ha querido decir, cual de sus incoherentes subtramas lleva a algo, y que significa ese absurdo final.

Aviso a navegantes: No esperéis un Club de la lucha. Comparar Asfixia con El club de la lucha (Hablo de las películas) es como comparar en una carrera a Usain Bolt con un jubilado cojo.