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España España · Barcelona
Voto de laTrieste:
6
Comedia. Drama Tras la Semana de la moda, Carl y Yaya, pareja de modelos e influencers, son invitados a un yate en un crucero de lujo. Mientras que la tripulación brinda todas las atenciones necesarias a los ricos invitados, el capitán se niega a salir de su cabina, a pesar de la llegada inminente de la célebre cena de gala. Los eventos toman un giro inesperado y el equilibrio de poder se invierte cuando se levanta una tormenta que pone en peligro el confort de los pasajeros. [+]
24 de febrero de 2023
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ruben Östlund, el director sueco de la flamante ganadora de la Palma de Oro de Cannes de la pasada edición, decía en una entrevista reciente que “detestaba” el cine de autor. Una declaración cuanto menos sorprendente para un autor que ya ha ganado dos veces -también lo hizo en 2017 con “The Square”- el premio más glamuroso de la industria cinematográfica. ¿Falsa modestia?

En “El tríangulo de la tristeza” nos encontramos ante un desfile de freaks (o no tanto) salidos del Mac de Östlund a cuál más patético. Estereotipos de la era digital, la cinta coral nos presenta a una pareja de modelos/influencers Carl y Yaya, interpretados por Harris Dickinson y la tristemente fallecida Charlbi Dean que pasan unos días de relax a bordo de un yate capitaneado por un capitán alcohólico y marxista (Woody Harrelson). Allí se encontrarán con personajes caricaturescos que van desde una entrañable pareja de jubilados británicos cuya fortuna se debe a la fabricación de granadas o un oligarca ruso que ha hecho fortuna vendiendo mierda (sic). Un clímax escatológico durante la combinación cena + temporal es el punto de inflexión de esta delirante comedia para nada sutil.

Lucha de clases, patriarcado, hipocresía, los pecados de la era digital son algunos de los temas que giran en torno a la película del Östlund pierde fuelle en el último tercio para brindarnos situaciones trilladas o demasiado simplonas para un público que, nunca mejor dicho, ya sabe de qué va la película.

Tal vez el mayor logro de la cinta sea acercar a las masas de forma “intelectual” unas situaciones de las que todos somos partícipes –en mayor o menor medida- y hacernos reflexionar sobre el mundo que estamos forjando a base de dosis infinitas de estupidez social/moral.

“El triángulo de la tristeza” gustará especialmente a nihilistas inconfesos, portadores de camisetas de Che Guevara y seguidores de Berlanga. Que se abstengan adictos a la devoción o instagramers, aunque es probable que estos últimos no se enteren de nada a pesar de la necesidad del autor en remarcar todos y cada uno de los chistes de su extenso guión.
laTrieste
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