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España España · a coruña
Voto de Esmiz:
6
Ciencia ficción. Acción Año 2028. La compañía multinacional OmniCorp domina la tecnología robótica. Sus robots han ganado todo tipo de guerras fuera de los Estados Unidos y ahora quieren probarlos dentro del país. Por su parte, Alex Murphy, un policía de Detroit, trata de acabar con la ola de crímenes que arrasa la ciudad. Cuando Alex resulta gravemente herido en acto de servicio, OmniCorp utiliza sus conocimientos de ciencia robótica para salvarlo y también ... [+]
25 de abril de 2014
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando era pequeño y ciertamente ignorante y vi Robocop por primera vez, a la buena me refiero, la del genial lunático holandés, solo pude quedarme con que un súper robot metálico desenfundaba de su pierna mecánica un “trabuco” negro gigante y ajusticiaba a los malos en el congestionado y violento Detroit del futuro. Caminé una semana como él, giraba primero el cuerpo y luego la cabeza, incluso me pegue una pistola de plástico al chándal y la sacaba a la mínima insinuación entonando con voz metálica aquel sonsonete de “vivo o muerto, vendrás conmigo” o “gracias por su cooperación.” Me había quedado fascinado por la pirotecnia y el ruido.

Era un niño y evidentemente no supe o no pude ver todo lo que aquella increíble fabula ciberpunk ofrecía, el genial e incomparable toque del holandés, la exaltación de la violencia, la voraz avidez de las mega corporaciones y la indiferencia de los medios por las personas “No quieres un SVX 6000. En el centro de todo aquel torbellino de indiferencia hacia el hombre un diamante emergía con furia y temor, un frankenstein moderno producto de la lujuria por el poder y la moralidad de la justicia que debía combatir al crimen, y que terminaba por revelarse a su destino de pura máquina para mostrar su humanidad con aquel conciso “¡me llamo Murphy!”, el ortopédico Robocop de Verhoeven y Weller tenía todo aquello y más, había retranca, acidez, humor negro y el dilema moral de lo que esta bien o mal para conseguir seguridad. Al final no podemos olvidar que somos humanos. Por encima, como premio ofrecía a un genial Clarence Boddicker y su fantástica caterva de “chorizos y tarugos”, un magnifico Ronny Cox y esa fantástica orquestación de Basil Poledouris cuyos tonos más lúgubres acompañaban tan bien al devenir del “frankenstein de metal”.

Ahora bien, el señor Padilha (que tiene buenos talentos como director) y productores han preferido quedarse con la visión del niño y han fabricado un lujoso, pulcro e inocuo espectáculo pirotécnico que por suerte para la cinta deja entrever pinceladas de alma y corazón (a destacar también la imaginería y su visión corporativizada de nuestro futuro inmediato) y que contiene un entregado elenco de buenos actores, Kinnaman no desentona como Robocop, y tenemos también a Gary Oldman, Michael Keaton y Samuel L. Jackson que suelen ser una garantía, además luce unas estimables secuencias de acción, aunque no llegan al ritmo aplastante y ultraviolento que Verhoeven desplego en la genial cinta de 1987, así que le casco un generoso seis, ¡y va que arde!

P.D: De todos modos esta gente sabe a lo que va y como muestra un botón. Le pregunté a un conocido que tal estaba la película y me respondió con un satisfecho e ignorante “es mejor que la primera porque es más futurista” no supe y sigo sin saber que quería decir con aquello, pero como él hay un gran porcentaje de gente que solo quiere pasar el rato y eso lo saben los productores y a ellos van estas películas… Solo les digo que no aseen lo viejo y bueno e ideen nuevos Prometeos, al menos no ofenderán a nadie… ¡He dicho!
Esmiz
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