Cercano ya a la jubilación, el detective Colin Sutton recibe la orden de supervisar una investigación que dura ya diecisiete años: la de un violador cuya identidad nunca ha sido descubierta.

La serie repite la fórmula de la primera temporada. Sutton se suma a un nuevo grupo de agentes que al principio le acogen con recelo; deberá ganarse su confianza si quiere implantar los métodos que le hicieron famoso. Esta vez se enfrenta al "acosador nocturno"; un sujeto que, amparado por la noche, entra en casas habitadas por personas mayores, roba y abusa de las ancianas. Ha demostrado ser muy escurridizo, la policía no sabe cómo detenerlo. Lleva operando más de una década, y últimamente se encuentra muy activo.

Los pequeños detalles marcan la diferencia. La manera en que se explora el drama de algunas víctimas, y se nos hace comprender su sufrimiento; esas guardias nocturnas, donde refugiados en el interior de un coche, o bien apostados junto a las ventanas de una casa vacía, envueltos en sombras, equipados únicamente con una manta, los agentes vigilan pacientemente; esa fatiga que arrastra el detective, unida a la frustración por no poder parar al monstruo, que desvela en las conversaciones con su esposa; la obsesión por el caso, cuyo final no se adivina... "Manhunt" es una serie sobre gente trabajando, y trabajando bien. ¿Qué hay más satisfactorio?