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España España · The Twilight Zone
Voto de Jackie Daytona:
8
Drama Frankie Machine, un hombre con talento musical, sale de la cárcel y, además, consigue dejar la heroína. Su principal problema será encontrar un medio de vida honrado y evitar las drogas y el juego. (FILMAFFINITY)
19 de noviembre de 2011
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El doctor Lenox me instruyó, me mostró el buen camino. “Abandona la vida que has llevado hasta ahora, muchacho”, me aconsejó. “De otro modo, es muy posible que caigas de nuevo, y entonces nosotros ya no podremos ayudarte”.

En la trena aprendí a tocar la batería. Allí encerrado soñé con formar parte de una orquesta, y de ese modo ganar pasta, honradamente. El dinero me serviría para mejorar mi difícil situación, y a partir de ahí los demás problemas se irían resolviendo por sí solos. Se me había ocurrido adoptar un nombre artístico, para mis futuras actuaciones. “Y a la batería… ¡Jack Duwal!”, me presentaría el director... Sonaba bien.

En cuanto puse un pie en el vestíbulo constaté que todo seguía como siempre: ella continuaba postrada en una silla de ruedas. Y de nuevo los reproches, el chantaje emocional y los ataques injustos y desconsiderados comenzaron a erosionar mi autoestima, a consumir mi ánimo.

Luego aparecieron los hambrientos vampiros, los mafiosos de tercera deseosos de arrendar mi alma; gente sin escrúpulos. Tampoco ayudaron los maderos, que se presentaron sin avisar y me encerraron en el calabozo durante unas horas, la tarde que tenía una entrevista de trabajo. Además, renuncié a Molly, la chica a la que amaba, a causa de mi perversa esposa, a quien un día aciago juré fidelidad. Pero todavía rehusaba a evadirme, y así proseguí mi andadura, avanzando a tientas.

Entonces me percaté de que la soledad me perseguía, envolviendo a la atmósfera de pesadumbre, haciéndola insoportable; las calles, revestidas de pobreza y tamizadas de resignación, amargas y desteñidas, ya anunciaban mi fracaso.

Yo, que siempre había confiado en convertirme en otra clase de hombre... No sabía que el pasado me esperaba para devorarme; que, conspirando contra mí, me empujaría hacia el anestésico y atractivo infierno; que el diablo me volvería a tentar prometiéndome experiencias hermosas y felices, esas que sólo se alcanzan mediante una aguja. Y sucumbí.
Jackie Daytona
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