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Aventuras. Acción. Ciencia ficción
Año 1957, en plena guerra fría. Indiana Jones (Harrison Ford) consigue de milagro salir ileso de una explosiva situación con unos agentes soviéticos en un remoto desierto al que llegó detenido junto a su amigo Mac (Ray Winstone). El decano de la Universidad (Jim Broadbent) le confiesa a su amigo el profesor Jones que las últimas misiones de Indy han fracasado, y que está a punto de ser despedido. Mientras tanto, Indiana conoce a Mutt ... [+]
27 de mayo de 2008
46 de 67 usuarios han encontrado esta crítica útil
Partamos de la base de que pertenezco a la generación que disfrutó bastante con las películas "tradicionales" de la saga. Además del aire fresco que supuso en el cine por su humor socarrón y la emoción que contenían sus películas, Indiana Jones se caracterizaba por realizar propuestas fantasmagóricas, sí, pero bien traídas y mejor rodadas, incluso. Por este orden, la primera, la tercera y la segunda.
Es decir, iba al cine a tratar de pasar un buen rato y rejuvenecer un poco a costa de nuestro héroe, sin mayores prejuicios o expectativas, iguales de peligrosas antes de empezar. Sólo esperaba divertirme en el cine, pasar un rato emocionante y disfrutar de un cierto toque nostálgico.
Pero me voy al cine y, tras un comienzo un pelín esperanzador, me encuentro con una sucesión de gags al más puro estilo ZAZ (David Zucker, Jim Abrahams y Jerry Zucker), que podría hasta ser divertido en otro tipo de peli, pero lo cierto es que a mí no me hizo ninguna gracia.
Yo entiendo, admito e incluso aplaudo las fantasmadas en este tipo de aventuras. Las necesitan, y hasta ahora Spielberg parecía hacerlas hasta cierto punto "creíbles", o al menos, justificadas. Pero lo que inicialmente parece ser una barbaridad aislada para mantener la atención del espectador, se convierte finalmente en una sucesión tan increíble de sandeces que llega a ¡¡¡aburrir!!! al respetable.
En este contexto la película se hace eterna, no porque el metraje sea desmesurado (hay películas mucho más largas que se me han pasado en un suspiro), sino porque la caída al vacío argumental es evidente y uno, deseando pasar un placentero post-película de viernes por la noche, lo que quiere es que la vergüenza ajena que siente se acabe lo antes posible.
Está bien de vez en cuando acudir al cine sin moralinas metafísicas, pero al menos un pelín de coherencia narrativa está muy bien hasta en las películas con miles de millones de presupuesto a gastar en marketing, publicidad, casting y, sobre todo, efectos especiales. Por cierto, muy espectaculares y muy bonitos en la mayoría de los casos, pero hasta en esto la peli tiene sus cagadas.
¿De verdad éste es el argumento que tanto pulieron y mejoraron para mantener el espíritu de la saga? No salgo de mi asombro. Más cuenta les habría traído entrar en los foros de freaks del género y rescatar algún algumento de los allí propuestos, porque éste fue resultado de una experiencia lisérgica, que hubo de tener su gracia, pero no desde luego el resultado en pantalla.
Sin duda alguna tenían un guión con un argumento de verdad, ya escrito y perfilado, y dos días antes de empezar a rodar, Lucas y Spielberg se pillaron un pedete nada lúcido que les llevó a garabatear este engendro entre risas y chanzas. Luego alguno de los dos diría "pues rodamos éste", y el otro respondería "no hay huevos", y así, como tantas y tantas historias, habríamos llegado a este desenlace absurdo.
Es decir, iba al cine a tratar de pasar un buen rato y rejuvenecer un poco a costa de nuestro héroe, sin mayores prejuicios o expectativas, iguales de peligrosas antes de empezar. Sólo esperaba divertirme en el cine, pasar un rato emocionante y disfrutar de un cierto toque nostálgico.
Pero me voy al cine y, tras un comienzo un pelín esperanzador, me encuentro con una sucesión de gags al más puro estilo ZAZ (David Zucker, Jim Abrahams y Jerry Zucker), que podría hasta ser divertido en otro tipo de peli, pero lo cierto es que a mí no me hizo ninguna gracia.
Yo entiendo, admito e incluso aplaudo las fantasmadas en este tipo de aventuras. Las necesitan, y hasta ahora Spielberg parecía hacerlas hasta cierto punto "creíbles", o al menos, justificadas. Pero lo que inicialmente parece ser una barbaridad aislada para mantener la atención del espectador, se convierte finalmente en una sucesión tan increíble de sandeces que llega a ¡¡¡aburrir!!! al respetable.
En este contexto la película se hace eterna, no porque el metraje sea desmesurado (hay películas mucho más largas que se me han pasado en un suspiro), sino porque la caída al vacío argumental es evidente y uno, deseando pasar un placentero post-película de viernes por la noche, lo que quiere es que la vergüenza ajena que siente se acabe lo antes posible.
Está bien de vez en cuando acudir al cine sin moralinas metafísicas, pero al menos un pelín de coherencia narrativa está muy bien hasta en las películas con miles de millones de presupuesto a gastar en marketing, publicidad, casting y, sobre todo, efectos especiales. Por cierto, muy espectaculares y muy bonitos en la mayoría de los casos, pero hasta en esto la peli tiene sus cagadas.
¿De verdad éste es el argumento que tanto pulieron y mejoraron para mantener el espíritu de la saga? No salgo de mi asombro. Más cuenta les habría traído entrar en los foros de freaks del género y rescatar algún algumento de los allí propuestos, porque éste fue resultado de una experiencia lisérgica, que hubo de tener su gracia, pero no desde luego el resultado en pantalla.
Sin duda alguna tenían un guión con un argumento de verdad, ya escrito y perfilado, y dos días antes de empezar a rodar, Lucas y Spielberg se pillaron un pedete nada lúcido que les llevó a garabatear este engendro entre risas y chanzas. Luego alguno de los dos diría "pues rodamos éste", y el otro respondería "no hay huevos", y así, como tantas y tantas historias, habríamos llegado a este desenlace absurdo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Me debato entre cuál de los gags (los llamaría escenas pero me da la risa y no puedo teclear) es el más hilarante de todos. Porque el salvarse de una explosión nuclear metiéndose en una nevera es para mondarse, vamos. Por no hablar de la pelea de engominados en la cafetería entre pseudopendencieros que saltan a la mínima expresión... Pero que ni pestañean cuando el jovenzuelo post-púber que luego se revelará hijo del Dr. Jones moja su grasiento y caduco peine en sus coca-colas cincuenteras.
Ya que la primera parte de la película se desarrolla en Nevada, no costaba nada acercarse a ver a Grissom y proponerle unirse al pedo y, de paso, a la película. Un cameo millonario, creo que es la única horterada que la película no tiene.
A partir ya de la persecución por las lianas, o cómo ir durante cinco minutos más rápido que un jeep emulando al bisnieto bastardo de Johnny Weismuller, creo recordar que me imaginé que nada podía ser peor, y confieso que volví a equivocarme. Porque los momentos E.T. del final son telita marinera, con megaplatillo volante a lo Independence Day, a cuyos mandos, eso sí, yo habría colocado a Leslie Nielsen como homenaje al género al que sin duda pertenece la película.
Qué decir del final más moñas de la saga, con boda tontorrona de jubilados incluida en la que no tuvieron el detalle de invitar a Mr. Bean, no lo entiendo, si ya ha hecho de cura otras veces y encajaba a la perfección...
No pretendo disuadiros de verla porque creo que yo tampoco lo hubiera creído si alguien me hubiera dicho todo esto antes de empezar. Pero estáis avisados...
En definitiva, una gilipollez enorme, pero eso sí, muy cara, y lo que es más espeluznante, aún más rentable. Me alegro al menos de que Sean Connery no participara en el desaguisado. Eso sí que no.
Ya que la primera parte de la película se desarrolla en Nevada, no costaba nada acercarse a ver a Grissom y proponerle unirse al pedo y, de paso, a la película. Un cameo millonario, creo que es la única horterada que la película no tiene.
A partir ya de la persecución por las lianas, o cómo ir durante cinco minutos más rápido que un jeep emulando al bisnieto bastardo de Johnny Weismuller, creo recordar que me imaginé que nada podía ser peor, y confieso que volví a equivocarme. Porque los momentos E.T. del final son telita marinera, con megaplatillo volante a lo Independence Day, a cuyos mandos, eso sí, yo habría colocado a Leslie Nielsen como homenaje al género al que sin duda pertenece la película.
Qué decir del final más moñas de la saga, con boda tontorrona de jubilados incluida en la que no tuvieron el detalle de invitar a Mr. Bean, no lo entiendo, si ya ha hecho de cura otras veces y encajaba a la perfección...
No pretendo disuadiros de verla porque creo que yo tampoco lo hubiera creído si alguien me hubiera dicho todo esto antes de empezar. Pero estáis avisados...
En definitiva, una gilipollez enorme, pero eso sí, muy cara, y lo que es más espeluznante, aún más rentable. Me alegro al menos de que Sean Connery no participara en el desaguisado. Eso sí que no.