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España España · Sant Feliu de Llobregat
Voto de Mireia Mullor:
5
Fantástico. Romance Año 1720. Tras el naufragio de sus navíos, un mercader arruinado debe exiliarse al campo con sus seis hijos. Entre ellos se encuentra Bella, la más joven de sus hijas, alegre, guapa y llena de encanto. Tras un viaje agotador, el mercader descubre el dominio mágico de La Bestia, que le condena a muerte por haberle robado una rosa. Sintiéndose responsable de la terrible suerte que amenaza a su familia, Bella decide sacrificarse en lugar ... [+]
1 de noviembre de 2014
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No se esperaba que la nueva adaptación de “La Bella y la Bestia“, del francés Christophe Gans, fuese a aportar nada nuevo a la historia original, y en efecto no lo ha hecho. Ese hombre hechizado y convertido en bestia que necesita alguien que le ame para recuperar su forma humana. Una historia cuya adaptación más famosa fue el tierno musical de Disney, a la que han seguido deformaciones grotescas como la serie con el mismo nombre o el film “Beastley”. Pero en contraposición de estas versiones más comerciales o teen encontramos las francesas, tanto la que nos ocupa en este artículo como en su día fue “La Bella y la Bestia” de Jean Cocteau, gran inspiradora de este film.

La diferencia entre estos dos bandos es básicamente el preciosismo, o lo que es lo mismo, la voluntad de crear un film muy visual y transmitir sensaciones bajo la estrategia de los colores vivos, el contraste y la extravagancia estilística. Al igual que Cocteau, Christophe Gans destaca un castillo y un bosque encantados, que en esta nueva versión sorprenden gracias a un gran trabajo de efectos visuales. Lo que en 1946 era originalidad en los decorados (recordamos los brazos que sujetaban candelabros), en esta “La Bella y la Bestia” se derrocha todo el poderío técnico del que dispone el cine a día de hoy. En cuanto a la historia, Gans vuelve nuevamente a posar sus ojos sobre la versión antigua, con alguna que otra variación. Recupera a la familia de Bella, aunque mucho más edulcorada que las mezquinas hermanas de la versión de 1946, y también a una Bella atormentada y altanera que solo hemos podido ver en las versiones francesas.

En definitiva, Christophe Gans sigue los pasos de Cocteau en muchos aspectos, pero consigue crear su versión con su carácter propio. Ahora bien, lo que en 1946 era encanto clásico, en 2014 es hilarante pero vacuo preciosismo, que se acerca más a un espíritu comercial que no a la voluntad de aportar algo nuevo a una historia archiconocida.

blogelcontraplano.wordpress.com
Mireia Mullor
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