Me ha parecido una película extraordinaria. Se comentan verdades como puños de una forma entrañablemente elegante. Si cae a veces en la "sensiblería (por exagerado de sensible) pero eso no tiene porque ser malo siempre. Solo por ver que en ese pais no se le puede dar un besito a un niño y adonde nos puede llevar el futuro en el nuestro merece la pena verla, y ver como lo de mantenerse al margen siempre, no solo con los niños, sino con el propio profesor-refugiado (ver la actitud del juez por ejemplo, o de la profesora), no es una buena actitud. Bueno, que está muy bien y los actores, en especial Simón, se salen!