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Voto de Néstor Juez:
7
Documental Documental que explora cómo las estrellas fugaces, los meteoritos y los impactos de éstos en la Tierra han dado forma a la mitología humana y centraron nuestra atención en otros reinos y mundos.
6 de febrero de 2021
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque las críticas recogidas en esta web no permitan en absoluto intuirlo, servidor está siempre ávido de documentales (no en vano, ve muchos menos de lo que les gustaría, cobertura anecdótica durante el año pero siempre provechosa). Más aún si estos vienen firmados por grandes nombres no sólo del género, sino del cine en general (es cada vez más absurdo negar que el documental es cine en mayúsculas, y además atravesando un gran momento de forma). En los últimos años he reafirmado mi admiración y respeto por el realizador alemán Werner Herzog, el veterano maestro que a tantos creadores ha influenciado durante cuarenta décadas y en cuya obra extensa, incluso en sus momentos bajos, siempre encontramos obras de interés. Y hoy es el momento de analizar el que ha sido su último trabajo (es tan prolífico que resulta complicado seguir el ritmo), uno de los primeros estrenos potentes de cara a la cinefilia en Apple TV. Un filme presentado en el pasado Festival de Toronto y que llega a las pantallas de nuestras casas habiendo hecho muy poco ruido. Hablamos de Fireball: visitors from darker worlds, co-dirigida por Clive Oppenheimer. Filme que ya me tenía ganado con poco que hiciese, pero que además venía acompañado de un tema atractivo y alguna reseña entusiasta de personalidades que valoro. Y fui gratamente sorprendido, pues me encontré con un estupendo filme que recomiendo convencido. Una aventura documental llena de vida e inquietud, algo falta de un mayor vigor creativo pero bañado de sensibilidad y belleza. Quizás el mejor documental de Herzog en la última década.

A diario, en los lugares más dispares, meteoros de diferentes tamaños y composiciones impactan sobre la superficie terrestre. A través de encuentros con diferentes eminencias y personalidades relevantes alrededor del globo, este documental investiga los diferentes impactos científicos, sociológicos y culturales que estas rocas alienígenas han provocado en la civilización humana. Una aventura científica llena de matices, individuos pasionales y análisis apasionantes de manifestaciones exóticas de la cultura global. Una disección de los misterios más insondables de la inmensidad del cosmos a través de los microscópicos restos de sus minerales visitantes. Un lírico estudio de la fascinación por el universo desde los más fascinantes escenarios de estudio, culto y observación. Una galería de extravagantes soñadores pintorescos analizada desde el incisivo y cínico prisma del alemán. Una investigación múltiple que recoge los rasgos característicos de estilo del documental Herzogiano que habitualmente esperamos: sublimada atmósfera de maravilla, refinada banda sonora de Ernst Reiijseger y afilados offs del propio Herzog. Una película muy rigurosa y cerebral y, al mismo tiempo, muy humana. Ofrece un abanico de imágenes de deslumbrante poder estético, y alcanza implicaciones profundas en la mayoría de los casos que estudia. Una narración inspiradora y alegre, un vasto mosaico que nunca pierde nuestro interés. Disección de la inmensidad universal desde lo más pequeño.

Si algo podría cuestionar cualquier espectador a Fireball es su complaciente anquilosamiento en una estructura narrativa muy convencional, de consabido documental de entrevistas y visitas a los lugares de interés para el desarrollo de la tesis. Aún con su efectivo y vistoso acabado, es cierto que se trata de un filme más impersonal que otros trabajos del director de Baviera, con un claro aroma a encargo, con espíritu un tanto corporativo. Es innegable que de un tiempo a esta parte Herzog ha construido una fórmula para sus documentales que aquí sigue a rajatabla. Si bien es bastante redonda, no ofrece la capacidad de fascinación que suscitan algunas secuencias de su cine. Aún si sus formas presentan un claro interés, es un largometraje plenamente supeditado a su tema, de modo que el disfrute del mismo dependerá enteramente del interés que este despierte en el espectador. No tendrá la potencia icónica de otros de sus trabajos, pero su secuencia en la Antártida o su catártico final son suficientes para situarla entre lo mejor del 2020.

Elegante, humanista y maravillada, Fireball: visitors from darker worlds discurre por sendas cómodas pero nos instruye, deleita e inquieta durante el viaje.
Néstor Juez
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