Siguiendo en la Sección Oficial, el francés Arnaud des Palliéres volvió a proyectar, esta vez en la inmensa Sala 1 del Kursaal, la impactante y dolorosa Orpheline. Seguimos los pasos de la infructuosa vida de Karine a través de distintas etapas vitales, filmando cada una de ellas como si de una persona distinta se tratase, pues cambian las actrices que la interpretan (destacan Adèle Haenel y una Adèle Exarchopoulos que persiste en su empeño de filmar cine sexualizado) y nadie la menciona directamente salvo en un par de ocasiones.
spoiler:
Pobre desgraciada carente de una familia estable y operativa, y vista obligada desde siempre a malvivir soportando vejaciones físicas y morales y enseñándose como ofrecida mujer objeto destrozada y sola, el filme nos narra en primer plano una historia dura y bruta, que pone al espectador en un marcado malestar. Su fotografía en mano feísta y su suceso de situaciones morbosas regodeadas en la violencia hacen del filme (acompañado brevemente de los gratificantes Gemma Arterton y Sergi López) una experiencia difícil pero dispersa y poco clara, en la que se van hilando los cabos narrados no linealmente sin dejarse resueltas todas las dudas. Turbia y misógina, el filme ofrece sensaciones fuertes y da espacio para la reflexión, pero su historia no llena y su forma no encandila.