Nuestro presente, la apretada urbe de París. Bruno y Malik, amigos de largo recorrido, son figuras capitales en la supervivencia de sus respectivos negocios. Se desempeñan en organizaciones paralelas, pero que persiguen los mismos objetivos: la inclusión social y búsqueda de la vida más digna posible para niños y adolescentes abandonados, autistas, discapacitados o problemáticos. Abandonados sociales cuyo cuidado y atención pone a prueba la estabilidad de estos benefactores de manera perpetua. Una labor poco agradecida pero de vital necesidad humanitaria, en la que se encuentran con todo tipo de obstáculos por parte de la administración. Un inspirador relato basado en hechos reales de solidaridad frente a los golpes de la vida. Una representación fílmica de las ímprobas luchas de individuos excepcionales, criaturas únicas que superan frente a la adversidad total el rechazo de la ciudadanía para ser integrados como uno más. Una de esas películas que cumple una labor de información innegablemente beneficiosa, que provoca un debate que siempre resulta adecuado. Si logra instaurar una mayor sensibilidad para con las personas discapacitadas con problemas de adaptación, bienvenida sea. Hay que reconocer que en lo que a factura técnica, se trata de una película correcta, con un puñado de secuencias que presentan una buena labor de montaje. Sorprende para bien el estupendo trabajo del reparto, en particular de unos carismáticos Vincent Cassel y Reda Kateb. Como es habitual en el cine de estos directores, escogen con mucho acierto la música previamente existente que utilizan, la cual eleva mucho los momentos más potentes de la película. El abanico de personajes con problemas de adaptación escogidos es variado, y la descripción de cada uno de ellos los hace sin duda entrañables, logramos fácilmente conectar con sus problemas gracias a la buena labor de sus intérpretes. Una película que sin duda cumple con su cometido.

Una vez presentados los personajes, su precaria situación y el conflicto principal de la falta de asistencia gubernamental, el filme se muestra incapaz de encaminarse por rumbos narrativos de interés, repitiendo a lo largo de un metraje que se desarrolla de una manera pesada un conjunto de situaciones muy similares. Parece en realidad una película más centrado en su mensaje de noticia periodística que en el desarrollo de sus personajes. Más allá de unos puntuales instantes de alivio del conflicto dramático, nos quedamos con ganas de conocer mas a Bruno y Malik. Y aunque no es su objetivo ni tiene porque serlo, la película carece de interés a nivel visual. Una película que, más allá de la urgencia e incomodidad de su tema, se mueve demasiado sobre seguro, es extremadamente pobre a nivel creativo.

Parsimoniosa, machacona y blanda, la simpática Especiales hará sonreír en una lectura superficial y dejará pocas aristas en un poso más reflexivo.