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Voto de Néstor Juez:
6
Thriller Salem ya no es el de los juicios por brujería. De hecho, el Salem de los smartphones es mucho peor. El hackeo y la publicación de buena parte de la información íntima de sus ciudadanos hará que la gente de Salem pierda los papeles, desencadenando una ola de violencia que termina arrastrando a cuatro chicas, acusadas de estar detrás de este hurto cibernético y perseguidas como si fuesen brujas de nuestros tiempos. (FILMAFFINITY)
5 de mayo de 2019
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras casi tres horas de gloria cinéfila, a las 22:00 se proyectaba una llegada más de Sitges, de los platos fuertes del certamen y de la película más oportuna a nivel argumental considerando las fechas en las que el evento se celebraba. Hablamos de la rebelde y protestataria Nación asesina, de Sam Levinson.
Un grupo de muchachas adolescentes se ven expuestas al escarnio, repudio y persecución pública en su comunidad cuando estas hagan pública en Internet información íntima de los ciudadanos, desatando una ola de violencia y odio irrefrenable. Un uso irresponsable del poder subestimado de los smartphones que desata una caza de brujas contemporáneas. Reflexión satírica de los peligros de los juicios sin pruebas en Internet, de la crueldad para demoler sin contexto ni contacto y de la facilidad de mover la opinión de los masas con el odio como pilar sustentada en la hipérbole, en la presentación de una realidad paralela exagerada que lleva esta confrontación de caracteres a la realidad más física, lacerante y bélica. Una manera, hasta cierto punto, potente de transmitir su mensaje. Todo ello a través de un poderoso lenguaje visual, de gran montaje, fotografía y recursos visuales. Un filme febril y rabioso, que produce emociones fuertes, atrapa, caldeó la sala y emocionó al respetable. Todo ello no es óbice de detectar una apuesta por el tremendismo efectista, el oportunismo (el feminismo de titular y tuit rebosa por cada minuto del metraje) y la banalización del discurso moral, simplificando algunas conductas y exagerando otras para que el mensaje quede prístino. Pero se nos traslada el discurso, no se transmite orgánicamente. Se juego todo a la baza del epatamiento y el exceso. Película que se cree más importante y madura de lo que es, y en última instancia es más una protesta hipster que cualquier otra cosa.
Néstor Juez
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