En 1966, Sergio Leone rodó en España la mayoría de su mítica El bueno, el feo y el malo, construyendo en Burgos, cerca de Santo Domingo de Silos, el icónico cementerio de Sad Hill en el que tiene lugar la excelente escena final. Una vez acabó el rodaje no fue desmontado, y décadas después el mágico lugar ha quedado olvidado y sepultado por la naturaleza. Gracias al extenso trabajo durante años de una asociación de amigos y aficionados, el cementerio fue desenterrando y restaurado para que pueda ser disfrutado y admirado tal como se vio en la gran pantalla, en un proceso captado en este documental. Una narración que combina entrevistas a implicados en la reconstrucción y trabajadores de la película de Leone (incluidos los propios Morricone y Eastwood), filmación del proceso de restauración y reconstrucción histórica del rodaje mediante material de archivo. Un documental de hermosos planos, rico en material e ingredientes visuales, en el que paradójicamente las partes más interesantes corresponden a las entrevistas a los miembros de Desenterrando Sad Hill, que nos llenan con su bondad y entrega emocional. Documental sorprendente por su calado universal, y por lo que logra implicar a todo el mundo por encima de una premisa que podría reducirse a una anécdota si estuviera mal manejada. Es una obra sobre lo importante de luchar por un sueño y hacerlo realidad, aunque el verlo realizado sea lo único que recibamos a cambio. Un tema poco tratado y necesario enfocado aquí con nota, que es un canto al gesto de devolverle al cine algo de lo mucho que nos ha dado, y lo que esto puede llegar a significar.

El documental agrada e implica en su tema, cierto es, pero pese a su elegancia es innegable que su forma es modesta, cercana al reportaje televisivo. Todos aquellos que no sean cinéfilos y no sean seguidores de Sergio Leone, aunque mucho más de lo que ellos podrían esperar, conectarán menos con el poderoso mensaje emocional del filme, o de la trascendencia simbólica de los hechos retratados. En la parte intermedia del documental el interés se estanca un poco. En este caso, el éxito de la película no puede objetivizarse, reducirse a la suma matemática de sus virtudes y elementos. Es necesario empatizar plenamente con la ilusión, la pasión y la entrega emocional y espiritual de los restauradores de Sad Hill para que la película funcione en plenitud.

Entusiasta, humilde y solidaria, Desenterrando Sad Hill es un documental de alcance universal sobre la importancia de realizar nuestros sueños, sencillo en su forma pero realizado con gusto y corazón.