19 de febrero de 2008
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película es un buen ejemplo de cine de autor sin pretenciosidades ampulosas. Shane Meadows nos invita a conocer su infancia de la mano de un niño tan repelente como encantador. Es la historia de un paso importante en la vida de todos, de la niñez a la adolescencia, el momento en que empiezas a ser consciente de muchas cosas que, en ocasiones, hubieses preferido no afrontar.
Cine británico en estado puro, sin adulterar. Cuánto tenemos que aprender en España del cine inglés.
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