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España España · Ferrol
Voto de Sahar:
7
Drama Léo Lauzon es un niño que vive en un humilde barrio de Montreal, atrapado en una sórdida existencia. Cada noche intenta evadirse por medio de los recuerdos, los sueños y su desbordante imaginación, pero la cruda realidad familiar interrumpe siempre sus fantasías: tiene un padre obsesionado por la salud intestinal de toda la familia, un hermano culturista que vive preso del miedo, dos hermanas que padecen trastornos mentales, un abuelo a ... [+]
1 de enero de 2007
93 de 117 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya ese cántico inicial, como de misa negra, da mal rollito… mientras suena vemos al David de Miguel Ángel junto a una siniestra gárgola, lo que da una idea de lo que vamos a ver: una lucha entre lo oscuro (representado por la realidad más prosaica que rodea al chaval) y lo luminoso (representado por sus evasiones y sus ensoñaciones frente a esa realidad tan poco grata)

Es una película realmente “fea”, pero no lo digo como defecto: realmente creo que debe ser desagradable para que, como espectadores, sintamos la misma sensación de agobio y ansias de evasión que invadeN al protagonista.
Son muchas las cosas que ayudan eficazmente a hacerla fea, incluso asquerosa: el tema excrementicio; la suciedad que desprenden las imágenes; los animales (la rata en la bañera, la pava sucia, húmeda, desplumada…); ese hígado al que se le da un uso sexual para luego ser consumido; ese perro muerto semi-sumergido; los ronquidos “mocosos” del hermano; incluso la locura familiar se nos muestra con un feísmo visual nada estilizado (al contrario de lo que muchas veces nos tiene acostumbrados el cine, haciendo bonito lo que no lo es)

Contrastando con toda esta negrura hay momentos enfáticamente “bonitos”: cánticos celestiales; coros que da gloria oírlos; vivificante música italiana; luces radiantes, como de origen divino, que aparecen al abrir una puerta, y que parecen sanar y dar esperanza...

Lo chungo de la película es que no hay un equilibrio entre la luz y la oscuridad, sino que lo negativo engulle y vapulea a lo positivo. Lapidaria me parece en este sentido una de las últimas frases del protagonista: “ya no sueño más” (“je ne rêve plus")
Hay personas que no están hechas para este perro mundo, y no les queda otra que ser devoradas por él: no logra evitarlo Léolo con su ensoñadora poesía, ni su hermano con métodos más prosaicos como ponerse cachas… la vida no es bella y no hay escapatoria.
Sahar
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