"La Evasión" es deudora por nacionalidad, época de realización y numerosas similitudes cinematográficas, de "Un condenado a muerte se ha escapado" de Robert Bresson, 1956. Al igual que a ésta, también las pegas a Le Trou le vienen de la mano de la inverosimilitud de la cárcel, sus métodos y sus habitantes, tanto policías como presidiarios: todo muy light, muy exquisito y cortés para tratarse de un penal de alta seguridad; muy distinto todo, sin duda, al estereotipo carcelario del cine yanqui al que estamos más habituados. Durante toda la cinta son numerosos los pellizcos a la inteligencia que nos advierten de que lo que se nos presentan como real no sucedería jamás en la realidad mientras que, paradójicamente, la película hace gala de un realismo extremo. Asistimos a la construcción del agujero, abierto golpe a golpe, piedra a piedra, en vivo y en directo y participamos del plan de huida en todos sus detalles que la cámara capta con gran maestría fotográfica y primeros planos atrevidos que consiguen involucrarnos en la ardua tarea y en la esperanza de fuga. Lejos de grandes interpretaciones o profundos diálogos, el logro más interesante de la película quizá sea la manera en que complica al espectador hasta hacerle cómplice de unos delincuentes.