Vista el 29 de julio de 2010, que no escribí crítica, ahora vista de nuevo, la escribo comentado que es una lástima que no se pudiera rodar en color. Era la idea, pero alto costo de rodarle en Roma, tiraron para atrás que fuese en color. Supongo que se arrepintieron y mucho, ya que si les costó 1,5 millones, recaudaron 12 millones. En color, hubiera se hubiera preservado mucho más, aunque sigue siendo un clásico y recordado por todos.

Aunque Audrey ya había hecho cine, siempre en papeles secundarios o menores, esta fue su primera gran película y directamente la catapultó al estrellato, recibiendo un Oscar.

Gregory Peck, bajo contrato, se dijo que él sería el que encabezaría los carteles, pero a mitad de película, el mismo Peck dijo que quería compartir nombre en carteles con ella. Algo inaudito en Hollywood.

Una película que aunque sea ñoña, tiene unas vistas de Roma impresionantes de la época. Justo ese año, en 1953 se coronó a Isabel II como reina y su hermana Margarita tuvo los escándalos de prometerse con un hombre divorciado. Quizás, eso influyera en el guion.

Aunque igualmente, las historias de realezas, en EEUU triunfaban muchísimo, y este es un gran ejemplo.