Una película excesiva y desordenada. Atiborrada de imágenes y conceptos. Un delirio para los sentidos y el cerebro (el alma, no).Todo el rato una comedia triste, con un final desolador, ya desprovisto de toda comedia. Imagínativa y ácida (la mujer de "la complicación de la complicación" y la madre de la protagonista (que son de tal actualidad tras tantos años, que parece incluso premonitorio) están retratadas de modo esperpéntico y cruel).
Tengo una amiga de gustos bastante parecidos a los míos que, sin embargo, no la soporta. La encuentra desordenada. Claro, desordenada sí que es. Pesadillesca y revuelta en imágenes y conceptos, pero un derroche de imaginación en clave de comedia ácida, que deviene en tragedia desoladora e inapelable. Con esas oficinas que parecen una parodia en versión revoltijo de la que aparecía en "El Apartamento".
Esa máquina observadora con un ojo tan cómica y tan molesta como debería resultar ser observados así tan de cerca y de modo tan invasivo (al igual que la parodia de la madre de la chica, resultó un chiste increíblemente profético). Esa mesa compartida entre oficinas, absolutamente surrealista como el grueso de la película. Y si de surrealismo hablamos, como el mundo de los sueños, con imágenes de poderosa significación y estrutura de apariencia caótica.
Una de esas genialidades que le salen de vez a cuando a los genios (Ningún genio lo es todo el rato).
Para reir, llorar y quedarte lívida de horror.
Para verla, repensarla y volver a verla.