Aunque se base en una obra de Scott Fitzgerald y tenga como guionista a Harold Pinter, algo falla y es precisamente en el guión.
Son como dos películas en una, la de los intríngulis de Hollywood y la del drama romántico. Los apuntes de la primera son muy buenos, pero luego se abandonan con el amor imposible del protagonista. Al final se quiere unir las dos historias pero ya es tarde. La segunda se ha comido a la primera.
Interesante por ser lo último de Kazan, por el desfile de actores y actrices ya míticos, por la buena música.
Pero deja un sabor a insuficiente sobre todo si uno se acuerda de Un tranvía llamado deseo, La ley del silencio Al este del Edén, América, América o esa maravilla qu es Esplendor en la hierba.